La migración venezolana se convirtió en una buena noticia para muchos de los países de acogida y el balance después de 10 años de migración constante es positivo en términos económicos y culturales.

Julieta Casó es socióloga, docente e investigadora con más de 15 años de experiencia en procesos de migración, desarrollo humano e inclusión social. También es directora de proyectos del Observatorio de la Diáspora Venezolana y durante el programa De Primera Mano que transmite Radio Fe y Alegría Noticias, explicó la dimensión del fenómeno migratorio venezolano.

De Venezuela salió aproximadamente el 30 % de la población. Los datos migratorios son difíciles de conseguir, pero existen métodos que permiten estimar una cifra, que por supuesto es extraoficial.

La diáspora venezolana es una de las más grandes del mundo y la más grande de un país que no está en guerra. “Somos más de 9 millones de venezolanos en terceros países”, dijo la investigadora, que reside en Buenos Aires, Argentina, desde hace seis años.

La población venezolana se ha integrado a los países de acogida y en las localidades a las que llegan. En estas localidades, se generan dinámicas sociales que son positivas, aunque puedan existir señales de xenofobia, explicó.

Cómo se calcula el universo de migrantes

La cantidad de migrantes se estima a partir de varios indicadores que incluyen la cantidad de niños que se inscriben en los colegios, los registros de solicitud de residencia y la cantidad de beneficiarios que atienden las organizaciones internacionales.

Sin embargo, la cifra es aproximada porque no todos los países cuentan con sistemas eficientes de registro de migrantes y hay variables que no controlan con facilidad.

Por ejemplo, los venezolanos que tienen doble nacionalidad, como es el caso de la profesora Casó. Los países no los cuentan como migrantes sino como nacionales. Ella es argentina por sus padres, que emigraron a Venezuela durante la dictadura militar que azotó a la Argentina en la década del 70 del siglo pasado.

Otro caso son los niños menores de 9 años, quienes al momento de migrar, no contaban con cédulas de identidad y no todos salieron con pasaportes ni pasaron por puestos de control fronterizo.

Impacto de la migración

Los venezolanos que hacen vida en otros países se convirtieron en una buena noticia para los sistemas productivos de estos lugares. Primero, porque la mayoría llegó con disposición para trabajar y actitud proactiva; otros porque aportan conocimiento científico y técnico.

En Colombia, por ejemplo, hasta 2022 había más de 4.000 emprendimientos de venezolanos. Estas iniciativas representan un aporte a la economía y al comercio colombiano.

En el caso colombiano, las mujeres dieron un paso al frente en los emprendimientos, más que los hombres, según los datos que presenta la profesora.

Por otro lado, en Argentina hay una federación que articula a organizaciones venezolanas; una muestra de la cantidad y nivel de organización social.

Aportes desde el extranjero

Los que se fueron no representan una fuga de talento, advirtió la especialista. La gran mayoría sigue conectado y está dispuesto a trabajar para aportar al país.

“El 99 % de los venezolanos en el extranjero estaría dispuestos a aportar en la reconstrucción del país”, estima la profesora. Aunque aclara que esto no es sinónimo de un regreso físico, porque las familias ya están echando raíces en nuevas tierras.

Sin embargo, el aporte se puede valorar en varios niveles, lo que se hace por las familias que se quedan en el país y en entornos colectivos a los que pertenecía antes de migras o a los que se incorporan por nuevos intereses.

Venezolanos por el mundo

A diferencia de los primeros migrantes, en la actualidad existen redes de acogida que benefician a los nuevos.

La mayoría de los venezolanos ya conoce a alguien en el país de destino que está dispuesto a recibirlo y a facilitarle la vida los primeros días de adaptación.

A diferencia de los primeros, las últimas olas migratorias no se fueron con un plan sino con la premura de la pobreza económica y la necesidad de encontrar mecanismos rápidos de generar ingresos para mantener a sus familia.

La profesora Julieta Casó recordó que la migración es cíclica: hoy le toca a los venezolanos, pero en el pasado le tocó a los europeos y podría revertirse por condiciones de contexto.

Lo importante es saber que no se deja de ser venezolano por estar en otro país y que en el futuro, las nuevas generaciones podrían volver a “la tierra de gracia”, como dice el intelectual y humorista venezolano Laureano Márquez.

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