Los migrantes que querían llegar a Estados Unidos ahora están atrapados en Centroamérica. Con la llegada de Donald Trump se frustró el proyecto de buscar refugio en el norte.
La mayoría abortó el proyecto migratorio ya estando en Ciudad de México o Chiapas, son venezolanos, colombianos y de otras nacionalidades, todos tienen algo en común: querer regresar a sus casas.
Mujeres con dos, tres y hasta más niños, adultos mayores, jóvenes, no importa la edad o el sexo, todos suplican al gobierno panameño que los dejen seguir hacia sus países de origen, publica Teletica en un reportaje.
En el trabajo periodístico, muestran como los migrantes se agrupan en las fronteras, en especial la de Panamá para pedir a las autoridades que les dejen entrar para seguir su camino al Darién.
Migrantes de regreso por la selva
Pocos se imaginaron que la dirección cambiaría en el Darién, en las últimas semanas las filas de personas apuntan hacia el Sur y no hacia el Norte, como en los últimos años.
Aunque, los abusos siguen siendo los mismos, denuncian los ciudadanos a la prensa de Costa Rica.
El viaje para atravesar el Darién puede costar hasta 550 dólares. Y en el camino no hay garantía de nada.
Muchas mujeres tienen que volver a vivir el horror de la exposición en plena selva.
El casos de la frontera
Esta semana, tras una reunión, los ministros de Seguridad de Costa Rica y Panamá acordaron facilitar y garantizar el flujo migratorio, sin embargo, quienes están en el cordón fronterizo aseguran enfrentar trabas del lado panameño.
La frontera panameña sigue siendo caótica para las personas que intentan atravesar el país, porque una cosa se decide en los despachos y otra es lo que se hace en los puestos de control migratorio.
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