Comunicarse a través del sonido. A eso han tenido que recurrir las 160 familias de la comunidad Alianza Revolucionaria, de la Guajira, debido a la inexistencia de las operadoras Digitel, Movilnet y Movistar en esta zona ubicada a unos 600 metros de la población de Guarero.
El problema con la señal de la telefonía móvil es la angustia de familias, no solo en la comunidad Alianza Revolucionaria, sino en toda la Guajira. Tanto así, que muchos se han visto obligados a usar líneas colombianas, cuya señal llega por la cercanía con el vecino país.
Sobre la comunicación con sonido, Yoselis González, vocera principal del Consejo Comunal de Alianza Revolucionaria, explica que se ven obligados a pegarle con fuerza a un poste, para que su ruido funcione como señal de que hay alguna reunión o entrega de comida.
“Nosotros nos comunicamos a través del sonido de un poste. Esto anuncia que hay reunión en la casa comunal o porque llegó la bolsa de Mercal”, dijo González. “Incluso esta señal es una manera de comunicarnos, ya que esto alerta a otras comunidades lejanas que se dan cuenta que algo puede estar pasando”.
Sobre las líneas colombianas a la que no todos tienen acceso, González comentó: “Nos tocó adaptarnos a la línea colombiana porque aquí no hay señal de Movilnet ni Digitel”.
“Desde hace años no tenemos información de la mesa de telecomunicaciones en la parroquia ni la empresa de telecomunicaciones se ha pronunciado sobre esta problemática”, señaló. ”Hemos denunciado en reiterada ocasiones y hasta la fechas no tenemos información de la misma”.
Cuatro años sin gas
Desde hace cuatro años los residentes de la comunidad Alianza Revolucionaria dejaron de utilizar el gas doméstico, pues son pocas las veces que llegan los camiones de la comuna al sector, por lo que muchos simplemente dejaron de esperarlos para comprar; otros no tienen el dinero.
En este contexto de bombonas vacías y alto costo de los cilindros de gas, mujeres tuvieron que construir hornos artesanales a base de barro.
Magaly Zambrano, una de las habitantes del sector, señaló que ha sido muy difícil conseguir el cilindro de gas. “Tengo más de cuatro años sin utilizar la cocina. La bombona la tengo arrumada, porque no hay dinero para comprarla”, comentó.
“Tenemos rato que no compramos la bombona de gas. Ante la situación nosotros acudimos a la construcción de hornos artesanales, porque comprar la leña nos genera gasto. Además, son pocas las veces que contamos con efectivo y no logramos comprar la leña, por lo que nos obliga salir a los sectores rurales para carretear troncos de cujíes y luego cortarlos. Pero gracias a este horno nos ahorramos un poco, ya que el fuego en este fogón permanece por largas horas”, relató Elizabeth Urdaneta, otra vecina de la zona.
Viviendas inconclusas
En esta comunidad solo 30 familias lograron tener acceso a viviendas del Gobierno en el 2006. Pasaron los años y en pleno 2021, unas 16 están inconclusas.
Belkis Blanco, vecina de la comunidad, señaló que su vivienda no se culminó por falta de material. Actualmente vive con su hermana y sus hijos, sin recibir respuestas, mientras viven en un rancho de zinc.
Norma González
