El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, declaró que el mundo se enfrenta a “una ola de hambre y miseria sin precedentes”.
La reflexión la hizo a propósito de la situación entre Rusia y Ucrania al presentar el segundo informe del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial.
Guterres, destacó que ningún país quedará al margen de esta crisis que afecta el costo de vida de todas las personas.
El alto funcionario resaltó que los precios de los alimentos están cerca de máximos históricos y los de los fertilizantes se duplicaron con creces.
Se estima que la escasez se hará extensiva desde el maíz, el trigo, y el arroz, con un impacto devastador para miles de millones de personas en Asia y Sudamérica.
En tal sentido, destacó que la crisis alimentaria que tiene lugar este año es de acceso a los alimentos, mientras la del venidero podría ser por falta de esos productos, advirtió.
Para Naciones Unidas las principales consecuencias de la situación mundial son las elevadas tarifas de la electricidad, lo cual genera apagones y escasez de combustible, especialmente en África.
Colapso económico
El secretario general de la mayor organización internacional agregó a la lista la situación financiera que afecta a muchos países en desarrollo generada por la pandemia de la Covid-19.
En el ámbito laboral recordó que tres de cada cinco trabajadores ganan menos que antes de la crisis sanitaria. Familias se ven obligadas a cerrar negocios, vender su ganado o sacar a sus hijos de la escuela.
Según las previsiones del Programa Mundial de Alimentos, citadas por Guterres, los efectos del conflicto podrían aumentar en 47 millones el número de personas con inseguridad alimentaria grave en 2022.
