La Alta Comisionada para los Derechos de la ONU denunció este domino que al menos 18 personas murieron luego de que las fuerzas militares de Birmania dispararan contra manifestantes en varias ciudades del país que reclaman el cese del gobierno militar, instalado después del golpe de estado del 1 de febrero.
La oficina del Comisionado también reporta una treintena de heridos y reprocha el uso de la fuerza letal en el control de las manifestaciones.
El reporte añade que «al parecer, las muertes se debieron al fuego real disparado contra la multitud en Rangún, Dawei, Mandalay, Myeik, Bago y Pokokku. Parece ser que también se lanzó gas lacrimógeno en varios lugares, así como granadas aturdidoras».
Las violentas represiones por parte del nuevo gobierno militar de Birmania a cientos de manifestantes que aún continúan en las calles se recrudecieron este domingo 28 de febrero.
Los protestantes se han declarado en desobediencia civil tras el derrocamiento del gobierno civil dirigido por Aung San Suu Kyi, quien fue detenida en la asonada.
Las manifestaciones se han reprimido cada vez de forma más violenta, con gases lacrimógenos, cañones de agua, pelotas de goma y, en ocasiones, munición real.
Las víctimas murieron tras terminar “alcanzadas por disparos de munición real”, declaró a medios internacionales Pyae Zaw Hein, un socorrista voluntario.
Los heridos recibieron impactos de balas de goma, explicó, y advirtió que “puede haber muchas más víctimas porque seguimos recibiendo heridos”.
La Oficina de la alta comisionada también denunció la detención, solo este domingo, de al menos 85 médicos y estudiantes, además de 7 periodistas que se encontraban cubriendo las protestas.
Aung San Suu Kyi, galardonada con el Nobel de la Paz en 1991, no ha sido vista en público desde que fue detenida.
Se encuentra en arresto domiciliario en Naipyidó, la capital, inculpada de haber importado ilegalmente walkie-talkies y de haber violado las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19. El lunes comparecerá en una audiencia para responder sobre estos cargos.
Por otro lado, la junta destituyó el sábado a su embajador en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, que, el viernes, pidió “poner fin al golpe militar” y reclamó “la acción enérgica de la comunidad internacional” para “terminar con la opresión de la gente inocente y devolver el poder” al pueblo.
Con información de agencias internacionales