Paciente warao esperó por una ambulancia fluvial durante una semana

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Cándido Torres, debió esperar una semana para ser trasladado a Tucupita. Foto: Tane tanae.

Cándido Torres Gómez, de 55 años, debió aguardar durante una semana por una ambulancia fluvial para poder ser trasladado hasta el hospital Dr. Luis Razetti de Tucupita, el dispensador de salud más importante de Delta Amacuro.

De acuerdo con la información difundida por el portal de noticias local Tane tanae, Torres ameritaba un traslado urgente a Tucupita. Su familiares solicitaron el traslado y no hubo una respuesta inmediata ante la urgencia del caso.

Mientras aguardaba por la ambulancia, estuvo internado en el ambulatorio del municipio Antonio Díaz, en la comunidad de Nabasanuka, zona selvática ubicada a cinco horas de navegación en una embarcación rápida.

Una sola ambulancia

Las zonas fluviales del estado Delta Amacuro no cuentan con un servicio de ambulancia de presencia permanente en las comunidades.

La única ambulancia fluvial es una unidad gestionada por la Unicef y entregada a la gobernación del estado, quien a su vez delegó su operación en Protección Civil y VEN 911. Ambos organismo operan en el mismo espacio geográfico.

La ambulancia también es requerida en el municipio Pedernales, al norte de la entidad. Pedernales es uno de los dos municipios conocidos como fluviales por su ubicación en zonas pantanosas.

Ante esta realidad, es insuficiente y la demanda suele ser muy por encima de su capacidad operativa.

El combustible es la gran traba

La navegación fluvial es una de las actividades más costosas demandante en el consumo de combustible. En un viaje es posible consumir entre 800 y 1000 litros de gasolina.

Más allá del costo, la burocracia también es una barrera que imprime mayor dificultad. El permiso para obtención del combustible está centralizada y el pedimento debe ir dirigida a la oficina de Energía y Minas en Caracas.

Generalmente el organismo no suele responder rápido. En ocasiones responde luego de 72 horas después del pedido. Evidentemente, esta burocracia afecta gravemente a los pacientes que ameritan un traslado urgente a Tucupita desde las zonas fluviales.

Por tanto, una emergencia no es atendida a tiempo y los pacientes corren un grave riesgo de morir al no ser tratados por los médicos y el respectivo tratamiento.

Sí, el caso de Cándido se resolvió, pero pudo morir

Por lo pronto, el caso de Cándido es solo uno de los casos que se presentan en esta región y afortunadamente fue resuelto.

El martes 5 de marzo, a primera hora del día, la ambulancia fue movilizada hasta Nabasanuka y antes del medio día ya estaba de retorno en la capital de Delta Amacuro.

De acuerdo con el director de VEN 911, Albert Dicurú, no es fácil movilizar una embarcación a esos sectores fluviales.

“No es fácil por el tema del combustible: no son 20 ni 30 litros de gasolina, se necesitan a veces hasta mil litros. Ha sucedido que la embarcación se queda sin combustible a medio camino”, refirió.

“A veces presentamos retrasos en los traslados, pero siempre intentamos cumplir con nuestros compromisos con el mayor de los esfuerzos”, concluyó.

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