Pacientes oncológicos de Anzoátegui venden sus artículos para pagar tratamientos

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Foto: archivo web

La dura situación que ya venían afrontando los pacientes oncológicos de Anzoátegui se ha agudizado con la llegada de la COVID-19 al país.

Días antes de ser decretada la cuarentena social dejaron de funcionar los equipos de radioterapia de la Unidad Oncológica Kleber Ramírez Rojas por un desbordamiento de aguas negras en el Hospital Universitario Dr. Luis Razetti.

La avería en estos equipos se repite en el hospital de Cumaná, en el estado Sucre, Antonio Patricio de Alcalá, que era la alternativa de tratamiento público más cercana para estos pacientes.

Mientras esperan que sean asignados los recursos para la reparación, los pacientes con cáncer venden todo lo que está a su alcance para costear, en la medida que sea posible, el tratamiento y los medicamentos que mantienen su esperanza de vida.

Ana Mercedes Rojas es una de tantos pacientes oncológicos que por la suspensión de las sesiones de radioterapia en los centros públicos del oriente del país, se ha visto en la necesidad de pagar hasta para que le coloquen los medicamentos.

“Voy a la clínica de la mujer (Unidad de mastología y atención integral a la mujer) y hay que pagar 25 dólares y tienes que llevar todos los medicamentos. Los medicamentos los buscas en el Seguro Social a las 2:00 de la mañana a ver si han llegado, entonces todo es trasnocho y trasnocho, igual para esto”, declaró Rojas para Radio Fe y Alegría Noticias.

Al momento de la entrevista, Rojas estaba en la estación de servicio Diorca, asignada para surtir de combustible a pacientes con patologías crónicas y sus familiares en la zona norte de Anzoátegui.

Con respecto a la adquisición de los fármacos requeridos para la administración de su quimioterapia, la cual debe realizarse cada 21 días, Ana Mercedes manifestó que no se las ve fácil pues debe adquirirlos en farmacias privadas. Solo en el carboplatino y la ciclofosfamida, dos de los ocho fármacos de su tratamiento, gasta un aproximado de 50 dólares.

“Mi esposo se va las dos de la mañana con una autorización mía, con ficha y con informe y no llega (el medicamento) a veces. A veces lo tienen, a veces no, que llega mañana… y vuelve a ir y tampoco, entonces ¿Qué es lo que hacíamos?, buscarlo en Badan (Droguería farmacéutica privada), que es costosísimo. El que tiene amistades en Colombia, desde Cúcuta te lo mandan pero hay unos que son refrigerados y es difícil traerlos así porque se te dañan”, relató.

El cáncer no espera, con el transcurrir de los días se va desvaneciendo la calidad y esperanza de vida de quienes, a pesar de la adversidad, se aferran a a mantenerse en pie.

Los pacientes con cáncer afirman que se les está negando el derecho a la vida «al no demostrar voluntad política» para la resolución de sus necesidades, a pesar de estar consagrada en la Constitución venezolana en su artículo 83 como un derecho social fundamental y la obligación del Estado de garantizarla.

Otros pacientes como Ana Mercedes Rojas con otros tipos de cáncer, también se encuentran a la espera de la reactivación de los servicios de radioterapia en los centros hospitalarios de Barcelona y Cumaná, para aliviar los gastos de tratamiento y poder tener mejores oportunidades en la lucha contra el cáncer.