José Luis Tello, paciente renal desde hace 22 años, dijo a Radio Fe y Alegría Noticias que solo reciben 30 litros de gasolina a la semana.
Esto debido a la restricción impuesta por la gobernación del Zulia en el suministro de combustible en medio del confinamiento social que busca evitar la propagación de la COVID-19.
Tello explicó que hay pacientes que viven muy lejos del centro de salud y además hay foráneos.
“La gente está faltando a la diálisis, por lo tanto terminan muriendo”, comentó.
Agregó que el personal médico debe retirarse más temprano del hospital, porque al igual que los pacientes, se han visto afectados por la falta de combustible y un transporte público insuficiente.
Por tal motivo, las diálisis en algunos centros se bajaron a tan solo hora y media de duración, cuando deben ser tres horas por tres días de la semana.
José Luis Tello recordó que al inicio de la cuarentena lucharon varias semanas dirigiéndose a la sede de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI), a la Secretaria de Salud y hasta trancaron la autopista Nº 1 para que les echaran gasolina. De esa manera, lograron que el gobierno regional estableciera una estación de servicio para los pacientes renales.
“Las ratas están gobernando en el piso nueve del HUM”
Así lo denunció José Luis Tello, quien forma parte de los 61 pacientes renales que asisten en la Unidad de Nefrología del Hospital Universitario de Maracaibo, el más importante en el occidente del país.
“El HUM, a pesar que es hospital centinela y de mayor referencia en el estado Zulia, tiene una invasión de roedores; y las enfermeras ya no pueden trabajar ni dormir en los cuartos. Les dañan los bolsos”, explicó Tello.
En esta situación, personal médico y pacientes están expuestos a contraer alguna enfermedad, especialmente las 60 personas con insuficiencia renal que se encuentran hospitalizadas que no son fijos del HUM.
La amenaza de morir ronda en las salas de hospitalización
Tello, con 53 años, lidera la organización de pacientes renales para exigir sus derechos. Aseguró que los pacientes hospitalizados tienen hasta 5 meses que no le suministran el kit de insumos para recibir el tratamiento de diálisis.
“Tienen que comprar eso como sea. Como no les llega para el filtrado, pasan hasta 15 días sin dializarse. Otros han fallecido porque lamentablemente no pudieron ser dializados”, lamentó.
Además, los ascensores del hospital se mantienen inoperativos desde el pasado 24 de octubre del 2019 que registraron una avería que ocasionó la muerte de una mujer. Esto supone una preocupación para el 45% de los pacientes renales que están en sillas de ruedas.
“Imagine usted subir 9 pisos con una persona en sillas de ruedas y los pacientes cuando salen a última hora de la tarde, a veces no consiguen quién los ayude a bajar. Se ha dado el caso que han tenido que pernoctar en el hospital”, finalizó.
Sobre esta situación, el gobernador Omar Prieto declaró el pasado 04 de mayo al ser consultado por Radio Fe y Alegría Noticias que ese día trataría de enviar un equipo para inspeccionar. Sin embargo, hasta la fecha los ascensores continúan dañados.
Prieto explicó que dichos ascensores son reparados reiteradas veces “porque son ascensores que están demasiado obsoletos”.