El Papa Francisco envió un mensaje en la mañana de este jueves 29 de abril sobre los significados que tiene la beatificación del doctor José Gregorio Hernández, cuya ceremonia se celebrará este viernes 30 de abril en horas de la mañana.
Manifestó que la beatificación del médico venezolano «es una bendición especial de Dios para Venezuela», destacando algunas sus virtudes personales, profesionales y espirituales.
En ese sentido, resaltó que José Gregorio Hernández Cisneros «se nos presenta a todos los cristianos como ejemplo creyente discípulo de Cristo que hizo del Evangelio el criterio de su vida».
Agregó que fue un hombre dechado de bohonomía, de virtudes cívicas y religiosas, de apertura, de sensibilidad ante el dolor, de modestia y humildad en su vida y ejercicio profesional.
Lo calificó como una persona «amante de la sabiduría, de la investigación, de la ciencia, al servicio de la salud, y es un modelo de santidad comprometida con la defensa de la vida, con los desafíos de la historia y particularmente como paradigma al servicio al prójimo, como un buen samaritano sin excluir a nadie».
El lavatorio de los pies entre todos y para todos
En un mensaje dirigido a todos los venezolanos Francisco utilizó la imagen del lavatorio de los pies entre Jesús y sus apóstoles para ilustrar que «no solamente debemos ser sujetos activos del servicio sino también de tener la humildad de dejarnos lavar los pies por los demás», al tiempo que afirmó que José Gregorio «fue un gran lavador de pies».
Esto significa actualmente, según dijo, acogerse, recibirse los unos a los otros, ver al otro como un igual, «como alguien como yo, sin menospreciar a nadie, también estar dispuestos a servir pero igualmente dejar que los otros nos ayuden, dejarnos ayudar».
Otro ejemplo que puso como este servicio lo ubicó en la dimensión del perdón, «pues debemos perdonar y permitir que nos perdonen, sentirse perdonados, en definitiva lavarse los pies los unos a los otros es amarse los unos a los otros».
Para el Papa el camino que enseñó el nuevo beato venezolano no fue el de «acusarnos unos a otros, sino más bien de servicio, de escucharnos, de perdonarnos y de dejarnos perdonar».
Está cercano a los problemas de Venezuela
Mostrándose cercano a la realidad de Venezuela dijo que conocen muy bien los problemas por los cuales está atravesando el país en medio de esta pandemia. Aseguró que «las prolongadas penalidades y angustias se han visto agravadas por la terrible pandemia del COVID-19 que nos afecta a todos2.
Tuvo muy presente en sus palabras «a tantos muertos, a tantos contagiados del Coronavirus y que han pagado con su vida por mantenerse en sus tareas en condiciones precarias». Con una frase anecdótica expresó que esta era «una celebración pandémica, signada por el dolor de la pandemia.
Los migrantes, los que se han ido del país buscando un mejor horizonte de vida así como a los que están privados de libertad y los que carecen de lo más necesario también los citó en sus intenciones. «Todos ustedes son compatriotas del beato, todos tienen los mismos derechos».
Destacó que igualmente conoce muy bien «la fe y las esperanzas del pueblo venezolano, esta beatificación nos invita a una conversión y a una mayor solidaridad entre todos, tan necesaria, para que el país reviva, renazca con espíritu de reconciliación «.
Por ello, en medio de estas dificultades, pidió a todos los venezolanos «que tanto aman al doctor José Gregorio Hernández que sigan dando el ejemplo de servicio desinteresado a los demás».
Un llamado para la necesaria unidad operativa
A los gobernantes, dirigentes políticos, líderes sociales, en medio de este momento de unidad nacional, les exigió que «vayan más allá, que den pasos concretos, en favor de la unidad sin dejarse vencer por el desaliento, que sean capaces de reconocerse mutuamente como iguales, como hermanos, como hijos de una misma patria».
Desde esa perspectiva Francisco habló de la necesidad de que las instituciones públicas sepan dar confianza y seguridad a todos, «que el puebo de esa bella tierra encuentre siempre oportunidades para el desarrollo humano y la convivencia».
Rogó para que el nuevo beato inspire a los dirigentes sindicales, políticos, académicos, empresariales, religiosos, universitarios «a desempeñarse seriamente en el logro de una unidad operativa en la que con seriedad y sinceridad, anteponiendo el bien común por encima de otro interés, trabajen por la paz, la unidad y la prosperidad para que de este modo los ciudadanos y ciudadanas vivan con normalidad, productividad, estabilidad democrática, justicia y esperanza».