El Secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se pronunció este jueves 3 de setiembre sobre las recientes liberaciones de varios presos políticos en Venezuela.
En un comunicado que dio a conocer a los medios internacionales expone que el anuncio del gobierno venezolano de la desestimación condicional de los cargos penales contra aproximadamente un tercio de los presos políticos que tiene no resuelve, ni siquiera aborda, la crisis política subyacente de Venezuela.
Lo considera de esta forma porque aún «quedan cientos de presos políticos y, al igual que a los que ahora se les ofrece arresto domiciliario o poner fin (por el momento) a sus casos penales, ninguno de estos venezolanos debería haber sido encarcelado ni un solo día».
Pompeo sentencia que las condiciones de la democracia en Venezuela sigue siendo terribles.
Cree que estas desestimaciones de los cargos son condicionales, y los funcionarios amenazan con rescindir el beneficio si alguna persona “vuelve a cometer actos de terrorismo, violencia o golpistas”, según lo determine arbitrariamente el gobierno.
Advierte que entre los que aún siguen amenazados, acosados y acusados por el régimen se encuentran líderes venezolanos como Juan Guaidó, Leopoldo López y Julio Borges, así como el de Guaidó en Estados Unidos Carlos Vecchio «y muchos otros luchadores por la democracia venezolana».
Además, dice el diplomático, no se incluyó a ningún líder chavista ni ningún miembro de la FANB a pesar de un número considerable de detenidos y enjuiciados.
En cuanto a dirigentes políticos venezolanos exiliados afirma que «no podrán regresar, porque saben que podrían ser encarcelados instantáneamente; hay cero garantías para su seguridad».
También su posición ratifica que en Venezuela no existen condiciones para unas elecciones libres y justas «y la liberación de varios presos políticos no cambia eso».
Apunta Pompeo que ninguno de los partidos políticos cuyo liderazgo fue removido y sus nombres, símbolos y bienes entregados por el TSJ a otras personas, han sido restaurados, incluidos los partidos de izquierda que desafían el control del oficialismo actual sobre el legado político de Chávez.
«Muchos opositores políticos del régimen aún tienen prohibido postularse para cargos públicos y siguen sin derechos políticos. El Consejo Nacional Electoral (CNE) designado ilegalmente permanece bajo un estricto control del gobierno de Nicolás Maduro».
