El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) impone un impuesto para todas las empresas por igual, lo que parece ser lo más justo. Sin embargo, la acción del Seniat somete de manera desigual a los pequeños empresarios, según denuncias.
El mayor impacto lo están viviendo dueños de las fábricas de artesanías en San Antonio del Táchira, en el municipio Bolívar. En esta zona los pequeños empresarios creen que las políticas tributarias que impone el Seniat los podría llevar al cierre de sus empresas.
De acuerdo con Nelson Jaimes, dueño de una de las pocas fábricas que aún sobreviven en la jurisdicción fronteriza, todos los artesanos traen la materia prima de Colombia.
“Eso no es un secreto, y para importarla no tenemos la capacidad, pues habría que adquirir volúmenes muy grandes”, dijo.
El hecho de importar un volúmen mínimo de insumos no le permite facturar de acuerdo con las leyes de Colombia.
Los insumos que llegan a Venezuela ingresan con precios de productos al menor o detal y no con precios de productos al mayor, lo cual no le permite laborar de acuerdo con el 30 % de ganancia, porque es ínfima. En esos casos, los pequeños empresarios deben manejar un margen de ganancia superior a lo establecido por las leyes venezolanas para poder sustentar una empresa.
Facturar por encima del costo del producto al consumidor final
Incluso, en algunos casos los pequeños empresarios ingresan importaciones pequeñas sin facturas de compra lo que dificulta aún más la determinación de los costos son sustentos para las comprobaciones por parte del Seniat.
“Nos conlleva a traer la materia prima del vecino país y no tener la facturación para sustentar el IVA”, puntualizó Jaimes desde la fábrica, reseña La Nación Web.
Otro hecho que denuncian los pequeños empresarios es que los funcionarios del Seniat los obliga a facturar por encima del costo final de un producto. “No nos da la base, porque estaríamos trabajando a pérdidas”, puntualizó Jaimes.
En este sentido, pidió a la institución mayor flexibilización pues las condiciones actuales no dan para cumplir con todas la exigencias.
“Hubo una mercancía que se facturó más cara de lo que se vende y no podemos trabajar así. Queremos que nos ayuden, más no que nos acaben”, subrayó mientras calificaba de hostigamiento las acciones de los funcionarios.
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