Más de un millar de indígenas peruanos que residían en distintas zonas urbanas del país han pedido ayuda al gobierno para volver a sus comunidades.
La mayoría de ellos permanecían en ciudades como Iquitos, Lima y Pucallpa debido a las mayores oportunidades de trabajo. Para eso, se veían obligados a alquilar habitaciones.
Sin embargo, tras las medidas de cierre de comercios y distanciamiento social ordenadas por el gobierno nacional, perdieron la posibilidad de pagar dichos alquileres, se quedaron sin trabajo y sin un lugar para vivir.
Hace una semana, el presidente Martín Vizcarra autorizó el regreso ordenado y bajo un estricto protocolo de un grupo de estos indígenas. Sin embargo, las peticiones de ayuda siguen aumentando.
Iván Campos es uno de ellos, quien está a 15 kilómetros de su comunidad de origen junto a su esposa e hijos.
«La gente ya no está trabajando, está escaseando el recurso económico. Vemos a la familia y los niños sufriendo acá. No pienso venir nunca más acá», relató Iván al Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica de los Vicariatos Apostólicos de la Selva del Perú.
Iván y otros de su comunidad reciben ayuda de un joven que trabaja para el gobierno municipal.
Muchos, como Iván, trabajaban como peones agrícolas en la campaña de cosecha de tomate, granada y otros productos de temporada.
«Ellos no tienen donde dormir ni donde comer», dijo el presidente del Consejo Shipibo Konibo y Xetebo, Ronal Suárez, quien explicó que trabajan con Organizaciones No Gubernamentales, para apoyar a los solicitantes en sus trámites ante los gobiernos regionales.
Con información de Beatríz García Blasco, Aler Contacto Sur