Nueve días de cuarentena social o colectiva se cumplen en el estado Apure. Esta región llanera fue una de las primeras a las que se le comenzó a aplicar esta medida de aislamiento decretada por el gobierno nacional.
La razón principal de la decisión es porque uno de los primeros casos de COVID-19 confirmados en Venezuela se detectó en estas pampas apureñas. Se trata de una dama, profesional del sector de la salud regional.
En medio de este ambiente de poca movilidad la gente comienza a angustiarse porque debe permanecer en sus casas.
La sicóloga Doriana Medina explica que la razón «es porque estamos acostumbrados a atender nuestros trabajos y a atender nuestras obligaciones». Por supuesto, el cambio de rutina desajusta nuestros ritmos. Y ese cambio nos mueve por dentro y nos perturba.
Esto significa que «no sabemos qué otras cosas hacer sino que estamos acostumbrados a llevar un ritmo frenético de trabajar todo el día…que si resolver por aquí, que si resolver por allá, que si atender a los hijos».
Esta intensidad, dice Medina, disminuye «la calidad de atendernos a nosotros mismos». Lo que ha ocurrido en estos días de cuarentena es que «esa voz interna que tenemos nos llama y nos dice que estos son tus sueños, estos son tus anhelos».
En ese sentido, la sicóloga propone que este tiempo nos puede servir para aprender a escuchar esa voz interior. «Puede servir para saber quiénes somos…identificar nuestras virtudes, nuestros defectos».
De igual manera está convencida que con ese «silencio» detectaremos «qué es lo queremos, cuáles son las cosas que anhelamos».
Por eso recomienda asumir este tiempo para acercarnos a nuestras familiares, conocerlos, compartir con ellos, jugar, ver películas. También realizar cualquier actividad de entretenimiento como escuchar música.
«Que este tiempo sea para encontrarnos nosotros mismos y con nuestros seres amados», sugiere.