Ligia Bolívar, investigadora social asociada al Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), explicó que El Archipiélago de San Andrés, ubicado en Colombia, se convirtió en una ruta alternativa que los migrantes venezolanos han tomado para salir de su país de origen y evitar pasar por la peligrosa selva del Darién.
Bolívar detalló, en el programa De Primera Mano por Radio Fe y Alegria Noticias, que esta isla “es una ruta alterna porque como Nicaragua está más arriba de Panamá lo que están haciendo algunas personas en vez de agarrar el Darién, es ir a Colombia, volar hasta San Andrés, y emprender la ruta hasta Nicaragua por lancha”.
Sin embargo, esta “ruta alternativa” es “extremadamente peligrosa”, según Bolívar, quien explicó que las lanchas salen en horas de la noche sin ningún tipo de luces para evitar ser vistos por las autoridades y que en cada lancha se pueden trasladar entre 25 y 30 personas navegando a mar abierto.
“Las personas quedan en un mar abierto y la mayoría de los naufragios se están dando en meses de huracanes, porque es una zona donde quizás el huracán no pega directamente, pero los coletazos pegan fuerte. Entonces es una ruta que presenta muchos riesgos y la gente no lo sabe porque los coyotes presentan esto como un paseo por el mar y no saben a lo que se arriesgan”, enfatizó Bolivar.
Desapariciones
En esta ruta se han declarado naufragios donde las personas aún siguen sin aparecer, lo que ha dado pie a que familiares de las personas desaparecidas consideren que se encuentran secuestradas por algún banda delictiva.
Al respecto, Ligia Bolívar señaló que además de los riesgos de la propia naturaleza, al igual que en el Darién, en esta ruta también se dan lo mismo problemas con la presencia de grupos delictivos.
“Se han declarado como naufragio porque la embarcacion se pierde y no llega al destino previsto. En efecto consideramos que hay naufragios con personas que están desaparecidas, son cerca de 100 venezolanos en esta ruta”, agregó Bolívar.
Afirmó que también se dan otras situaciones complicadas, como los coyotes que cobran el pase hasta Nicaragua por unos 1.100 dolares, “y resulta que los dejan botados en un cayo y le dicen que ya están en nicaragua y los dejan botados”.
Bolívar indicó que la Armada de Colombia le ha tocado redoblar el patrullaje y que han sido “rescatadas en los cayos más de 500 personas”, lo cual considera una cifra importante porque se nota que es una ruta que está calando en la cantidad.
Los migrantes que más transitan por esta ruta son, en primer lugar, los venezolanos; en segundo lugar, los ecuatorianos; y en tercer lugar, los chinos. Luego le siguen otros migrantes procedentes de Asia y África.
“Eso significa que la ruta se está complejizando; es decir, que hay un operación de tráfico de personas mucho más sofisticada de lo que había al principio y eso está involucrando amenazas a las personas que investigan”, advirtió Bolivar.
¿Nicaragua se aprovecha de la situación?
La también defensora de los derechos humanos añadió que autoridades de Nicaragua le aplican una “multa” de 150 dólares a los migrantes que transitan por tierra, pero a los migrantes que proceden de África les estarían cobrando mil dólares, para permitirles continuar su ruta.
“Están aprovechándose de la situación tal como lo hace cualquier traficante de personas”, sentenció Bolivar.
Reunión de presidentes
Sobre la reciente reunión que tuvieron varios presidentes en México para abordar la crisis migratoria, Bolivar consideró que haber invitado al gobierno de Venezuela fue positivo, “para ver si alguna vez se compromete en algunas cosas”, aunque añadió que se sabe “que la postura de Venezuela ha sido la de negar la migración y victimizar a las personas que salen del país”.
En ese sentido, aseguró que lo allí acordado coincide con lo establecido en el Pacto Mundial de las Migraciones, el cual indica la promoción de una migración segura y regular.
Sin embargo, “lo que vemos es que la migración la están utilizando a favor de los gobiernos, pero no de los migrantes”.
Por otra lado, Bolívar explicó que actualmente el mundo enfrenta una economía contraída, “porque pasamos a post pandemia, entramos a una guerra y a otra guerra que está afectando el precio de los alimentos”.
“La gente tiende a pensar que el peor país es donde está y la gente está convencida que si se van a Estados Unidos van a estar mejor”, explicó, al tiempo que advirtió que “en Estados Unidos las deportaciones están creciendo, pero eso no lo entiende el migrante, porque su decisión es lo que vale”.
Finalmente, Ligia Bolívar puntualizó que las políticas públicas de los gobiernos deben girar en dos sentidos y dos niveles. En primer lugar, los gobiernos centrales deben incentivar, estimular y ampliar las políticas de regularización.
“Mientras la población venezolana no esté en condición regular no es que le robe trabajo a la población local, es que no está trabajando en las mismas condiciones”, señaló.
Y luego, Bolívar propone que esas medida de regularización vayan a la par con políticas integrales impulsadas por gobernaciones y alcaldías.
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