Los Reyes Magos le llevaron de regalo al niño Jesús oro, inciencio y mirra. A nosotros esos regalos no nos servirían para mucho, además, recordemos que la sed del oro está acabando con ecosistemas del Estado Bolívar. ¿Qué les pido yo para Venezuela? Aquí van mis peticiones.
Pido, en primer lugar, desarrollar el arte de escuchar, capacidad para escuchar, no sólo oír. Escuchar supone atención en el que habla, darle importancia, interés por entenderle. Eso los necesitan los padres para con sus hijos, y de estos para con sus padres, para que se puedan comprender, acompañar… También lo necesitamos los educadores para escuchar a nuestros alumnos y a los padres de ellos, para poder conocer sus problemas, para ayudarles, para saber los intereses de los chamos. También pido que los políticos, del lado que sea, escuchen a la población, su clamor, escuchen cómo sufren las personas de la tercera edad, con esas pensiones que no alcanzan para nada, escuchen los sufrimientos de los padres que no pueden dar de comer a sus hijos. También que se escuchen entre ellos, para poder llegar a acuerdos y enfrentar los problemas del país. Si escucháramos, estaríamos dando pasos para salir de los grandes dramas.
Pido también capacidad de resiliencia. Poder aprender de las dificultades, de los errores y así no volvamos a caer en ellos. Es verdad que esta capacidad se ha ido desarrollando. Lo veo en escuelas rodeadas de obstáculos, con falta de docentes, y sin embargo, no han dejado de atender a los alumnos. Lo veo en madres haciendo malabarismos para poder alimentar a sus hijos, lo he visto también en las organizaciones de ayuda humanitaria y de DDHH, pero hay que crecer mucho más, puesto que el país sigue en medio de una emergencia humanitaria compleja.
Pido también que sepamos y podamos caminar junto a otros, así como los Reyes, que se acompañaron en el camino. Así como la Iglesia en modo sinodal – sínodo significa “caminar juntos” – así tenemos que aprender los venezolanos, hacer cosas en común, entre vecinos, escuelas cercanas, empresarios. Hacer alianzas es necesario pues los problemas son complejos. En Educación, por ejemplo, en emergencia no desde marzo del 2020 cuando se decretó la cuarentena y se suspendieron las clases presenciales. La educación venezolana está muy mal: mala calidad, muchos chamos fuera de las aulas, cerca de millón y medio, todos en riesgo, sin presente y sin futuro. El lema de Fe y Alegría para el 2023 es Alianza por la educación, pues esta dimensión de la sociedad tan importante, no nos la pueden dejar sólo a los educadores.
Y como los Reyes Magos saben que Venezuela está muy mal, me atrevo a pedir más de tres regalos. Me gustaría que podamos tener la mirada limpia y poder descubrir lo que yo llamo “velitas en medio del apagón”, esos pequeños, y a veces grandes, signos de esperanza que se han ido sembrando y que van creciendo calladamente. Las buenas acciones contagian optimismo, las buenas acciones hacen subir los niveles de endorfinas en el que las recibe, en que las ofrece y en el que las observa, como bien lo documenta David Hamilton en su libro Los cinco beneficios de ser amable.
No puedo dejar de pedir por todos nuestros hermanos que se han ido a otros países, empujados por la necesidad de buscar horizontes que aquí no encuentran. Pido comprensión para ellos y pido que aquí podamos sembrar semillas de esperanza.
Yo estoy seguro que entre todos podemos conseguir que estos regalos sean posible. Los necesitamos.
Luisa Pernalete es profesora e integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría y de la Red de Convivencia y Ciudadanía. @luisaconpaz
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