La voz madura, casi anciana, de Vidalina cita a Francisco: “No hay dos crisis separadas, sino una sola crisis socioambiental”. Herminia Funes, directora de Radio YSUCA, en El Salvador, presenta a Vidalina como una luchadora por el cuidado de la Casa Común. “En El Salvador hay una crisis ambiental muy sentida. La contaminación de la industria minera de los años 50 sigue condicionando la vida de las comunidades del oriente del país”. Vidalina toma la palabra con claridad y repasa los asuntos: los restos de la minería, los plaguicidas de la revolución verde, el destrozo de ecosistemas por el cultivo de la caña de azúcar, la destrucción generada por algunas represas… Es marzo de 2024. En noviembre, cuando lleguemos al final del curso sobre nuestra labor radialista y la misión del Cuidado de la Casa Común, la sociedad salvadoreña escuchará a su presidente decir que no explotar la minería es un absurdo.
Desde febrero a noviembre, radialistas de nuestras estaciones en América Latina y el Caribe nos reunimos mes a mes para reflexionar sobre nuestra misión con la cuarta preferencia apostólica jesuita. En marzo, Vidalina Morales (El Salvador), Pedro Landa (Honduras) y Rómulo Torres (Perú) nos invitaban a reconocer el contexto. Ya desde aquel momento, la minería y el extractivismo, la situación de los bosques y las aguas, el cambio climático, el fuerte deterioro de las macro metrópolis y la persecución contra las comunidades y personas que defienden la integridad ecológica de sus territorios aparecían como los temas más relevantes a tener en cuenta por nuestros radialistas. Los siguientes meses nos confirmaron estos acentos tras encuentros que miraban desde diferentes perspectivas: mujer (abril), educación (mayo), migraciones (junio), espiritualidad (julio), pueblos originarios (agosto). Durante septiembre, octubre y noviembre de 2024 elaboramos un documento al que hemos denominado “Aprendizajes para nuestra misión radialista en el Cuidado de la Casa Común”.
El primer aprendizaje lo formulaba ya Vidalina al comienzo de su intervención: estamos ante “una crisis que es, a la vez, ecológica y social y que tiene su origen en diferentes comportamientos humanos” en su relación con el medio en el que vivimos —tanto por los medios de producción de bienes como por los hábitos comerciales de consumo—.
El domingo 15 de septiembre de 2024, cuando todavía no habíamos concluido nuestra reflexión, mataron en Honduras a Juan López, papá y esposo, responsable de la Palabra en su comunidad, miembro de la coordinación apostólica de los jesuitas en Honduras. Juan era una voz habitual en Radio Progreso. Lo asesinaron porque desde su compromiso de fe —también era coordinador de la Pastoral Social de su diócesis— se oponía a los desmanes de un proyecto minero en un río vital para su comunidad. Juan mantuvo una actitud de denuncia que es también nuestro segundo aprendizaje como radialistas: “Nuestros medios tienen que promover una actitud de denuncia” que muestre el origen humano y los efectos para las personas y comunidades de la crisis socioambiental, que deje claro que son las comunidades más vulnerables (campesinado, indígenas, migrantes) las que sufren con mayor intensidad esta crisis. Esa actitud de denuncia debe afrontar los negacionismos de unos, los fatalismos y los utilitarismos de otros grupos, la ausencia de los gobiernos y autoridades y el desconocimiento de una ciudadanía agobiada con mil asuntos. Esa denuncia debe también afrontar la realidad de unos medios de comunicación dominantes con otros intereses mientras quienes luchan realmente en defensa del cuidado de la Casa Común —ya sea desde los gobiernos, los medios, las iglesias y otras organizaciones de las comunidades y pueblos y organizaciones de la sociedad civil— sufren desde la violencia hasta el ninguneo, el aislamiento o la indiferencia.
A lo largo de estos meses, contamos con la presencia de una inmensa nube de testigos que nos hablaron del trabajo bien hecho, de la resistencia de comunidades y pueblos. Por eso, nuestro tercer aprendizaje es que “no basta un mensaje de denuncia. Hace falta que promovamos la esperanza y el anuncio”. De hecho, nuestros radialistas constatan a diario la labor de comunidades originarias y pueblos indígenas, que contrastan su sabiduría reconciliada a nuestra cultura depredadora; nos hablan de comportamientos sociales comprometidos con el medio, de las muchas alianzas puestas en marcha como respuesta responsable y de la infinidad de micro resistencias de personas, familias e instituciones, de proyectos de investigación, de actividades económicas respetuosas, de programas educativos y liderazgos comunitarios y políticos apropiados. Nuestros equipos además reconocen en Laudato Si’ y Laudate Deum una magnífica fuente de inspiración.
Muchas veces, en nuestra tarea, los golpes son duros. A los problemas económicos y a los desafíos técnicos y organizativos que se nos plantean, se suma en nuestra región una persecución que quiere sembrar el desaliento. Por eso, nuestro cuarto aprendizaje tiene que ver con la coherencia necesaria: “para que nuestro mensaje sea creíble. Debemos arraigarnos en la misión común, trabajar con profesionalidad y profundidad y mantener comportamientos personales e institucionales ecoresponsables”. Con el foco en la misión, no en nuestras instituciones o personas, nuestra comunicación debe partir de un profundo conocimiento de la realidad. Nuestra experiencia local debe conjugarse también con una mirada regional propiciada por nuestro trabajo en red. Nuestra experiencia nos dice, además, que solo cuidando nuestra espiritualidad podremos avanzar en nuestra misión de reconciliación.
Más de ciento veinte señales de FM o AM, múltiples plataformas y redes digitales, cuarenta instituciones y cientos de radialistas vinculados a las demás redes de la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe dan la dimensión de nuestra responsabilidad con la cuarta preferencia apostólica universal de los jesuitas. Por eso, nuestro quinto aprendizaje apunta a crecer como alianzas para incidir, aprovechar las fuentes de nuestro entorno, usar la potencia de nuestras radios y plataformas y organizar nuestra programación con criterio.
El documento de aprendizajes siempre provisionales está disponible y puede convertirse en nuestra referencia para seguir actuando en el Cuidado de la Casa Común. El 13 de febrero de 2024, con motivo del día mundial de la Radio, pusimos en marcha nuestra reflexión. Elías López SJ nos desafió a poner el eje de nuestra misión en la Reconciliación que hace Justicia desde el servicio de la fe, coherente con las cuatro preferencias apostólicas. Se trata de una reconciliación que necesita de un análisis acertado de la realidad y que se formula como reconciliación preventiva: una mirada esperanzada al futuro con los jóvenes y los que están por nacer.
Desde aquel 13 de febrero al momento de escribir esta nota, a final del año 2024, no son pocos los amigos y amigas asesinados por su lucha contra la destrucción de comunidades y territorios. Los informes siguen situando a América Latina y el Caribe como las regiones más peligrosa para quienes se significan en esta tarea de denuncia, defensa y cuidado de la Casa Común. Muchas de las personas victimizadas pertenecen a las comunidades indígenas y a los pueblos originarios. Su ejemplo nos inspira y nos demanda.
Lucas López Pérez es Sacerdote Jesuita.
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