Rosa es una abuela que trabaja como cocinera en el Grupo Escolar Celestino Peraza de Tucupita y, aunque hace todo el esfuerzo de mantener a sus nietos, ha reconocido que su trabajo no es suficiente para que estos pequeños tengan acceso a una educación digna en todos los sentidos.
Ella, quien vive en la comunidad 2 de marzo de Tucupita, relató que actualmente está a cargo de dos nietos: un pequeño de 13 años y una bebé de 3 años de edad, quienes son de diferentes madres.
Rosa explicó que la mamá de la pequeña de 3 años de edad se vio obligada a migrar a Trinidad y Tobago por los bajos ingresos que percibía en Tucupita, mientras que al nieto mayor de 13 años de edad lo está cuidando desde pequeño por asuntos más personales.
La abuela, que trabaja como cocinera, reveló que por el bajo ingreso salarial que percibe no ha podido ocuparse del todo de su nieto mayor y hasta los momentos no ha logrado comprar los útiles escolares ni uniformes, mientras que la nieta está por empezar el preescolar.
“El grandecito no va a la escuela desde que tenía 11 años. Ahora estoy buscando la manera para que siga sus estudios, pero igual no tengo para comprarle uniforme y eso”, expresó.
Por los momentos ella y su esposo solo perciben un salario mínimo en el hogar, y en medio de los altos precios de los productos alimentarios, deben desembolsar todo lo que pueden en comida y dejar, por los momentos, a un lado la educación de sus nietos.
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