Sacerdotes de Caracas reaccionan «al vernos atrapados en un contexto de guerra»

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Sacerdotes, religiosas y líderes comunitarios de las zona de El Paraíso, Cota 905, La Vega, Montalbán y El Cementerio expresaron este domingo 11 de julio, a través de un comunicado, su profunda «angustia, impotencia, miedo, indignación, al vernos atrapados injustamente en un contexto de guerra que atenta contra vida, contra la dignidad humana, el bien común y el sueño de una Venezuela fraterna”.

Este «grito por las injusticias» lo elevan a propósito de los hechos de violencia suscitados últimamente en las comunidades mencionadas del municipio Libertador de Caracas, en donde más de 30 personas, entre civiles y funcionarios policiales, han perdido la vida, con más de 40 heridos y familias desplazadas forzosamente, en medio de los fuertes enfrentamientos entre bandas delictivas y efectivos de la fuerza pública.

En ese sentido, denuncian que «estos hechos han afectado la estabilidad emocional, espiritual y material de todas las personas y parroquias de las comunidades del sur oeste de Caracas, especialmente de las zonas más afectadas: Cota 905, El Paraíso, La Vega, Montalbán, El Cementerio, San Agustín, El Valle, San Martín y Quinta Crespo, entre otras”.

Igualmente lamentan que entre las principales víctimas se encuentran los jóvenes de estas barriadas que son envueltos en esta ola de violencia, estigmatización, detenciones arbitrarias y de presuntas ejecuciones extrajudiciales.

Pero los párrocos y las comunidades de religiosas no solamente se quedan con las quejas. Desde la inspiración que aporta el Evangelio se animan a dirigir «nuestras palabras de aliento y fortaleza para las familias que viven el duelo inhumano por la pérdida de un ser querido, víctima de esta injusta confrontación”.

Igualmente se solidarizan “con las madres y abuelas de nuestras comunidades que, como María la madre de Jesús, una espada le atraviesa su corazón al ver a sus hijos amenazados por la violencia y la muerte, y sacan fuerzas para seguir apostando por la vida en medio tanto daño infligido por parte de los bandos en confrontación”.

Muestran su cercanía y oración “por aquellas familias que se han visto forzadas por la violencia indiscriminada, a dejar su lugar de residencia y sus pertenencias para salvar la vida, como José y María cuando huyeron a Egipto para salvar al Niño del poder de la violencia de Herodes”.  

La posición de los religiosos católicos coincide con la expuesta este fin de semana por los obispos de la Conferencia Episcopal cuando enfatizaron que esta situación de violencia indiscriminada sencillamente es un fiel reflejo del fracaso del Estado en políticas públicas sobre la materia de seguridad ciudadana.