En los años 50 las mujeres embarazadas se les hacía rayos x para saber cómo venían los bebes. Hasta que una doctora extraña de la época: madre soltera, divorciada, e investigadora de medicina, Alice Stewart, que estudiaba la reciente carrera de dermatología, se dio cuenta de los altos casos de cáncer en la niñez. Un niño a la semana moría por cáncer en la Gran Bretaña.
No era un tema de desnutrición y pobreza, pues muchos venían de familias pudientes, de educación, analizó varias variables hasta que se dio cuenta la constante: las madres habían sido expuestas a rayos x durante el embarazo.
¿Dónde aterrizamos con esto? La “sabiduría convencional” de la época sostenía que todo era seguro, pues la nueva tecnología, (los rayos x aplicada desde 1920 masivamente), ayudaban al médico y a sus pacientes.
Pero fue años después donde la Dra. Alice tuvo que demostrar los hallazgos de su investigación más allá de su observación. Debió mostrar estadísticas, otros hallazgos, debió debatir mucho sus ideas.
En la empresas, los que dirigen necesitan que su equipo les diga que están equivocados, debatir “la sabiduría convencional” el gerente de vez en cuando con números y resultados en la mano necesita atreverse a no estar de acuerdo. Necesita arriesgar su cargo.
Un fantástico modelo de colaboración
Margaret Herfernan, profesora de Negocios de la Universidad de Bath en Inglaterra y autora del libro “Cómo podemos hacerlo mejor que la competencia”, un libro que puso patas arriba la idea de que la competencia obliga a los mejores a llegar a la cima, nos dice que “es un fantástico modelo de colaboración tener socios y gerentes que no son eco uno del otro, donde las diferencias o conflictos lo ven como una forma de pensar y de avanzar en conseguir puntos de coincidencia”.
En diversas salas de juntas he visto cómo muchos gerentes y ante la idea del dueño de empresa o jefe inmediato hacen silencio y no debaten sus puntos de vista hasta luego de la reunión, lo que hace pensar ¿Es éste el nivel de directivo que nos hará lograr las metas? ¿Es Esta posición la que nos lleva en el camino correcto? No lo sabremos hasta que se exponga su idea.
Ahora bien, ¿cuántos de nosotros tenemos o nos atrevemos a tener esos colaboradores? Desde allí creo comienza el tema de atreverse, en la escogencia de nuestros gerentes más allá del conocimiento en su área, en el carácter de exponer y defender sus ideas.
La Dra. Alice Stewart en su investigación se rodeaba de personas que creían en su análisis en silencio y no le generaban más solidez a su propuesta. ¿Cómo saber si era correcta? Hasta que contrató a un colaborador cuya tarea era ser oposición constante de sus ideas, eso hizo que los conflictos se vieran como un conflicto constructivo y generador de nuevas ideas. 25 años más tarde a nivel mundial se regularizaría el uso de rayos x en el embarazo. Se crearon protocolos de utilización de esta tecnología que protegen al bebé y su madre.
¿Por dónde sería el comienzo?
¿Por dónde empezar? Lo primero requiere que encontremos personas que sean diferentes de nosotros mismos, eso significa resistir el impulso neurobiológico que nos lleva a buscar personas como nosotros, esto es, reunirse, debatir con personas de diferentes antecedentes, disciplinas, maneras de pensar, experiencias. Esto al gerente y empresario le va a costar mucha energía y paciencia.
Por otro lado, invertir paciencia y energía se trata de amor, de tener amor a la relación, a la idea, y eso también puede conllevar a modificar, mejorar, nuestros proyectos. Pendiente con esto.
Mire a su alrededor el entorno de empresas en su ramo, unas cerradas definitivamente, otras en franco deterioro pero al mismo tiempo surgen otras nuevas, con otra aptitud, disposición, menos experiencia pero aprovechando el espacio que las empresa anteriores dejaron o están dejando.
La profesora de Negocios Herfernan citada, en una de sus investigaciones mostró que el 85% de ejecutivos entrevistados en Europa y América manifestaron tener problemas o preocupaciones en el trabajo, miedo de dar a conocer cifras, ideas, el rumbo de la empresa por evitar conflictos, discusiones con sus jefes que luego no sabrían cómo manejar. De esto se desprende varios análisis, uno de ellos es que quizás tenemos los mejores gerentes o supervisores en nuestro equipo y fallamos en lograr lo mejor de ellos.
“Situación país”, cuánto de esta frase es cierta en el cierre de empresas venezolanas y cuánto es por tema gerencial, de operaciones, de despacho, de logística de transporte, de ventas.
Muchas veces en las salas de juntas luego del silencio están las mismas preguntas y dudas, y exponerlas, créame, hace surgir aliados y genera debate y conflictos necesarios, y eso permite en su empresa surja la creatividad, otras vías de solucionar problemas que de no hacerlo sabemos a dónde llegará la empresa: mire a su alrededor nuevamente.
Tarea para la próxima sala de juntas
Atrévase a no estar de acuerdo, exponga sus ideas, lleve métrica, estudios, ejemplos y forma de solucionarlo. Rompa el silencio, habilítese a usted mismo. Empiece dando primero pasos de pedir la palabra y debatir, la verdad no lo librará pero si lo ayudará a desarrollar sus habilidades, el hábito, el talento y el coraje moral para utilizarla. La apertura no es el fin, es el comienzo.
Fritz Márquez es articulista en varios medios nacionales. Es graduado en administración y posee una maestría en gerencia y negocios de las Universidades Fermín Toro y Yacambú del estado Lara.
@fritzmarquez360
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