Servicio Jesuita a Refugiados exige garantizar derechos de la población refugiada

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Referencial

El Servicio Jesuita a Refugiados de América Latina no dejó pasar por debajo de la mesa este 20 de junio, día mundial de los refugiados. En el caso de la Región la organización de la Compañía de Jesús aboga por la defensa y consolidación de los derechos de la población refugiada, que lamentablemente sigue en ascenso y en condiciones mucho más vulnerables.

El JRS (por sus siglas en inglés) de América Latina destaca en primer lugar a través de un documento que recoge varias reflexiones la valentía «de las personas forzadas a dejar su hogar, que tejen vida más allá de las fronteras».

Pero también con vehemencia denuncia que «la debilidad de los sistemas de refugio, los procesos de militarización de las fronteras, las alarmantes cifras de inanición y hambruna, y las barreas para el acceso a la vacunación contra el COVID-19, han sido factores determinantes que prueban la persistencia de la violación sistemática de derechos humanos en América Latina y el Caribe para con esta población (refugiada)».

Ante estos escenarios que aún perviven en varios países el Servicio expone que es importante continuar con los esfuerzos interestatales que apuntan a fortalecer las garantías para los derechos humanos de las «personas migrantes, refugiadas, apátridas y las víctimas de la trata de personas».

Llaman a hacer énfasis también en los mecanismos de protección desde el enfoque de género y de la niñez «teniendo en cuenta, también, la temporalidad y tempestividad, “a fin de no prolongar indebidamente el sufrimiento al recordar los sucesos vividos, y promover un manejo adecuado del riesgo de revictimización como consecuencia de estos procesos, así como el resto de garantías mínimas constituyentes del Principio del Debido Proceso».

Finalmente en el documento el JRS recomienda a los Estados incluir a los refugiados en la toma decisiones sobre políticas, instrumentos jurídicos y programas vinculados al desarrollo de acciones que conlleven a la hospitalidad, solidaridad, empatía, integración y respeto de sus derechos humanos.