Siria realiza este miércoles 26 de mayo sus elecciones presidenciales sin mayores sorpresas y bajo la crítica de países de Occidente.
Con unos contrincantes a la medida, el actual presidente, Bashar al-Assad, aspira a convertirse de nuevo en el mandatario de este país.
Las fuerzas de seguridad desplegadas en carreteras y lugares públicos resguardan los comicios donde votan más de 18 millones de ciudadanos en 12 mil colegios electorales.
En estas elecciones también participan con al-Assad, el exviceministro de Asuntos Parlamentarios, Abdulá Salloum Abdulá y el líder de la oposición interna tolerada en Siria, Mahmud Marai, el único opositor al que se le permitió participar.
Los opositores en el exterior, no pudieron presentarse a los comicios de acuerdo con la actual constitución y “lo han declarado como ilegítimo”.
El proceso tampoco admitió observadores internacionales. Bashar al-Assad está en el poder desde el año 2000, después de la muerte de su padre, quien era el presidente en ese entonces.
Países como Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos rechazan los comicios, alegando “que no serán libres ni justos”. Asimismo, agregaron que apoyan «las voces de los ciudadanos sirios, incluyendo la sociedad civil y la oposición del país”.
Fuente: france24