Toca construir una nueva forma de ser país

105
Referencial

El sociólogo Edgardo Lander y el politólogo Guillermo Tell Aveledo fueron los encargados de animar la tercera edición del coloquio «Venezuela Conversa», que viene organizando cada 15 días la organización ciudadana Dale Letra.

Este miércoles 24 de febrero el tema «conversado» y moderado por Maryhen Jiménez trató sobre la relación que existe entre el ejercicio del poder y la democracia en Venezuela.

Ambos analistas coincidieron en afirmar que esa modo de relacionalidad entre el Estado y la sociedad venezolana ha estado supeditado al modelo rentístico petrolero, que hoy día está haciendo aguas en el país.

Explicaba Lander, por ejemplo, que el Estado venezolano siempre ha sido «autónomo» de los ciudadanos porque su base de dominación ha sido el manejo de la renta que se deriva de la actividad petrolera.

Esta lógica de concepción de la democracia y de actuación también ha conllevado a que el tejido social venezolano sea todavía frágil, débil y pocas posibilidades autonomía e independencia porque siempre casi siempre su vigor va a estar sujeto a lo que el Estado puede suministrarle «y mientras el Estado controle más a la gente más autoritario se convierte».

Por su parte, Guillermo Tell Aveledo no solo sintoniza con Lander en este análisis sino que además agrega que la crisis venezolana no es un asunto local o particular sino que forma parte de una gran crisis global de la democracia, de las sociedades y de los liderazgos políticos.

En ese sentido, Aveledo cree que lo que ha venido ocurriendo en Venezuela es que se han reacomodado las conductas sociales «por algo que la mayoría de los venezolanos tiene y es la avidez, es decir, esa actitud de hacerme el loco, de la maña, de la trampa».

Por esta razón asevera que la sociedad venezolano «no es violenta en términos de ir contra el poder porque además ya ha vivido otras experiencias que posteriormente le han generado mucho miedo».

El modelo implosionó

Ante este escenario surge la pregunta ¿Qué hacer? Los dos analistas, desde sus respectivas ópticas, acuerdan en decir que ese modelo rentista desde la base del petróleo, dominante en el país «implosionó, toca reconstruir o construir una nueva forma de ser país».

Desde esta perspectiva «los estadistas que de aquí en adelante van a surgir desde los partidos, desde la sociedad, esas figuras que lideren el país serán aquellos que sean capaces de desentrañar el acertijo de cómo hacer una sociedad viable, pacífica, ordenada, justa, con una base material que ya no puede ser la que tenemos ahora donde imperan las burbujas de miseria», apuntó Aveledo.

También advirtió que tanto los planes económicos de 2013 y 2018 del actual gobierno y la propuesta del Plan País, vinculada a la oposición política, «han estado anclados a cómo podemos seguir ordeñando esta vaca unos años más y esa vaca ya no está».

Para Lander tampoco hay duda que este modelo se agotó «y eso hay que asumirlo, hay que reconocerlo».

Llamó a desconectarse «de toda fantasía que todo este proceso de privatización que está haciendo este gobierno con la apertura de inversiones extranjeras en la industria petrolera o del desastre del arco minero se va a recuperar la capacidad rentista del Estado».

Desde esta opinión también cree que esto significa «un cambio cultural muy profundo, tenemos 100 años con unos imaginarios de que este es un país rico, y que eso forma parte de nuestra más profunda identidad, que el Estado tiene capacidad para responder, entonces vamos a organizarnos para exigirle, eso es pasado».

En cambio propone separarse, para empezar, «de la noción de que las soluciones están solo en el plano político, sino también echar la mirada a la construcción de un tejido productivo democrático, descentralizado, que responda ampliamente a las necesidades de la población venezolana en una forma que no dependa, como lo hace hoy, de las importaciones».

Lander sugiere comenzar por producir más alimentos «que implica que sea la misma sociedad la que la tenga la capacidad de generar la seguridad alimentaria y esto es un paso importante para la democratización de la sociedad».