Este 6 de marzo se cumplió un mes del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter y una posterior réplica de 7,5 que dejó devastada una parte de Turquía y Siria.
Hasta la fecha, las autoridades reportan más de 53 mil personas (47 mil en Turquía y 6 mil en Siria) que han fallecido y más de 120 mil heridos.
El balance ofrecido por el gobierno turco señala que 212 mil edificios cayeron derrumbados o están parcialmente dañados. Además, hay más de dos millones de personas se quedaron sin hogar.
Asimismo, un millón y medio todavía vive en tiendas de campaña y solamente 46 mil han recibido contenedores para vivir.
Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, advirtió que sólo los 3,7 millones de niños y niñas de las zonas damnificadas de Siria se enfrentan a diversos peligros cada vez más graves y potencialmente catastróficos.
Los niños son los más afectados en Turquía y Siria
La vocera del organismo internacional apuntó que los efectos emocionales y psicológicos sobre los niños, el desplazamiento, las enfermedades y la falta de acceso a los servicios básicos, los hacen más vulnerables.
Entre tanto, Unicef calcula que al menos 850 mil niños están desplazados y que sólo en Turquía 2,5 millones necesitan ayuda humanitaria urgente.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) dijo que el desastre provocado por los dos sismos no tiene comparación a otros episodios registrados en la zona.
Según la ONU, se necesitan 397 millones de dólares para reconstruir la zona de Siria afectada y más de mil millones para hacer lo mismo en Turquía.
Por su parte, el Banco Mundial calcula que el terremoto causó unos 34.200 millones de dólares en daños físicos directos, el equivalente al 4% del PIB de Turquía en 2021.
El gobierno de Racep Erdogan decretó un estado de excepción hasta una semana antes de las elecciones parlamentarias de mayo, a las que seguirán las presidenciales el 18 de junio.
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