Un espacio para caminar con Jesús
Tips para discernir la realidad
Viernes 01 de noviembre de 2024
Por: Antonio Pérez Esclarín
Vivir transformados por su amor
La celebración mañana del día de los muertos, nos brinda una excelente oportunidad para reflexionar sobre la muerte. Los seres humanos somos los únicos que sabemos que vamos a morir, de ahí la necesidad de enfrentar la muerte propia y la de los demás con serenidad. Hay que saber vivir y hay que saber morir, porque nos sabemos mortales, la muerte debería ayudarnos a vivir de un modo que merezca la pena, superando la superficialidad y el sin sentido. Reconocer que vamos a morir debería potenciar la vida, hacernos más auténticos y amables, más solidarios y humanos, más pacíficos y menos violentos, más misericordiosos y menos rencorosos.
El que ama la vida desea morir con dignidad, cuando le llegue su hora. Para los creyentes además, la muerte es paso a la vida, nuestra vida creada por amor no se pierde en la muerte. Si Jesús es la resurrección y la vida, la fe nos lleva a afirmar que los que nosotros enterramos siguen más vivos que nunca, porque disfrutan de una vida plena.
Morir no es perderse en el vacío lejos del creador, es entrar en la salvación de Dios, compartir su vida, vivir transformados por su amor. Por ello, la vida no termina en la nada sino en unos brazos amorosos que nos esperan para adentrarnos en la dimensión profunda del amor.
Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.