Oración de la mañana. Viernes 26 de marzo de 2021.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza
Señor Jesús, el fruto de la fidelidad es la vida. En este amanecer nos encontramos con un Evangelio desafiante y muy real. Lo que convence es tu testimonio, las obras que realizas. Es la gente sencilla quien nos enseña con su vida traducida en obras de amor, que enseña a perdonar. La alegría profunda que se vive en medio de la austeridad y nos hace felices. Esas acciones pequeñas que saben a Evangelio.
Hoy se escucha más al testigo que habla de lo que ha visto y vivido… Su experiencia. La cuaresma, ya en su recta final, nos invita a volver al desierto, a la experiencia del despojo, del camino esperanzado y de la purificación, para poder encontrarnos con el verdadero Templo de Dios, tu humanidad, el Hijo de Dios Padre que, como un nuevo maná, quiere compartir su condición con nosotros. Por eso, te retiras del Templo y te vas al desierto, al lugar de tus orígenes, del bautismo de Juan, del comienzo de tu ministerio y de tus primeros discípulos.
Es un gesto profético que se puede interpretar como una reivindicación del testimonio de Juan. Y es allí, en el desierto, donde “muchos creyeron en ti”. Si el Templo, símbolo del poder religioso, te rechaza, es en el desierto, lugar de la experiencia fundante de Israel, donde se produce la fe. Nos acercamos a estos días santos, queremos vivirlos contigo…
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.