Oración de la noche. Domingo 04 de julio de 2021.
Por José Francisco Aranguren, SJ.
Señor, en esta noche dominical caigo a tus pies, veo mi vida y me hago examen. Quiero que muevas mi memoria para recordar y mi voluntad para hacer lo que tenga que hacer. Me mueve el mismo espíritu que movió a Jesús a ir a su tierra y que no reconocieran que algo nuevo había en él. Esta semana has movido mi corazón.
Eres grande. Ayúdame a recordar lo vivido en esta intensa semana. Hago silencio y cierro mis ojos para refrescarlo…Ciertamente Señor, nadie es profeta en su tierra porque se cierran a la novedad, como yo, que creo que ya lo sé todo, que ya conozco a la gente y que no hay novedad allí. Ayúdame a mí y a la humanidad toda, a no determinar de tal modo a las personas, de modo que ya no esperemos nada de ellos, que ya todo está dado.
Enséñame a dejarme sorprender por los grandes o pequeños cambios en quienes me rodean, que la rutina y el sinsabor de la cotidianidad no me roben el corazón ni me quiten la paz. Ahora, para concluir, abro mis ojos, te agradezco y me proyecto para la próxima semana.
Pido por quienes me rodean y por aquellos a quienes debería querer más. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.