Una Palabra Oportuna No. 1217

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palabra

Oración de la mañana. Domingo 11 de julio de 2021

Por Herlinda Gamboa y voz de Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza en camino de conversión

Señor Jesús, en este amanecer de domingo saboreando mi café recién colado descubro agradecido que la misión a la que me llamas es posible, real, necesaria y urgente.

Viene de muy lejos o de muy dentro, según como se mire, en ambos sitios estás. Tiene que ver con nosotros mismos y con nuestro mundo. Somos enviados a humanizar sacando lo mejor de nosotros y de otros, también a divinizarlo, haciendo presentes los destellos de Dios en él.

Se hace desde lo más cotidiano: respetando la dignidad profunda que todos tenemos y descubriendo en tu manera de darte, un camino hacia el rostro del Dios invisible. «Tu palabra se hizo carne. Y mi carne se hace hoy palabra tuya, tallada con tu brisa de absoluto en mi roca de límite y distancia.

Soy ágil libertad en tu corazón que me anida y en tu pensamiento que me crea. Soy palabra como espada de dos filos en tu mano de profeta, y palabra de corazón cercano en tus ojos de hogar universal. Soy palabra ronca de tanto sufrimiento, parida por gargantas enlazadas, en tu pueblo que grita su gemido».

Mi misión se concreta en los rostros cercanos, en mis propios retos personales. En las encrucijadas de mi vida. En los objetivos sencillos, auténticos que voy poniendo, y haciendo evangelio, en mi vida. En las aspiraciones que son mis búsquedas y los logros que son mis huellas. En las semillas que siembro a mi alrededor.

En la manera en que el mundo y cada lugar es distinto cuando paso por él. «Soy palabra tuya, nazarena y pobre, con olor a tierra mojada de camino, y a mar con rumores de salitre y gentes en la playa a la deriva. Soy palabra hecha silencio remansada en invierno donde todo saber se acaba, y nace nueva como flor de primavera en el tronco mutilado por la poda. Soy palabra llevada por los vientos hasta las puertas y ventanas, que se hospeda donde abren, o se pierde jugando en cualquier calle». Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.