Una Palabra Oportuna No. 1275

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palabra

Oración de la noche. Domingo 08 de agosto de 2021.

Por José Francisco Aranguren, SJ.

Querido Padre, cansado vuelvo a ti en esta noche. Haz de mí un discípulo de tu hijo. Que sepa amar, que sepa perdonar. Esta semana, en tu palabra, Señor, te me sigues mostrando como pan, como alimento y yo sigo teniendo hambre de ti. Pero hoy me dices que «El pan que les daré es carne para la vida del mundo».

Por eso, entro en mí y busco comprender tu mensaje. Eso de que seas carne es para mí muy significativo. Carne es la debilidad, ese aspecto humano que me hace vulnerable al pecado y a la inhumanidad. Quiero agradecerte en silencio por haber querido bajar hacia mi pecado, mi inhumamidad, para liberarla, para ayudarme a vivir con ella. Hago silencio para sentir y respirar esa acción tuya…

Ciertamente que te siento cercano a mí aunque a veces quiera alejarte de mi carne. Tu deseo y mi deseo a veces no se encuentran. Quieres ser alimento y yo me siento indigno de ti. Me buscas y yo me escondo, como Adán.  Te agradezco por toda la gente que te encuentra en las circunstancias difíciles de la vida, de su cotidianidad, cuando parece más difícil hacerlo…

Tú desciendes a mi carne. No dejes de hacerlo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.