Espiritualidad. Jueves 12 de agosto de 2021.
Por Javier Melloni, SJ. Narra Alexander medina.
La conmemoración paradójica de una herida (III)
En el lecho de la convalecencia -personal y colectiva- en el que nos encontramos, ¿seremos capaces de distinguir nuestras fantasías de la verdadera llamada para la que nacimos y que tenemos que escuchar juntos? ¿Seremos capaces de distinguir las satisfacciones que nos embriagan de las llamadas que nos ponen en camino?
Cuando hayamos puesto en marcha “la marcha hacia nuestra Jerusalén”, ¿estaremos preparados para detenernos tantas veces como sea necesario, como hizo Ignacio en Manresa, y descender a nuestros propios infiernos, a nuestras propias sombras, para deshacernos de todos los escombros que tenemos?
¿Estamos realmente dispuestos a ver todas las cosas nuevas? ¿Permitiremos que una Luz entre por esa herida que nos ciegue a lo que ya sabemos para recibir una comprensión de Dios, del mundo y de nosotros mismos que aún no conocemos?
Si es así, esa herida se habrá hecho fecunda en nosotros y habrá tenido sentido celebrar este quinto centenario.
Preparémonos para ponernos en una nueva dirección, no la que elijamos, sino la que se manifiesta cuando, escuchando, llegamos a discernir la Voz de Dios.
Señor danos tu Espíritu para ver nuevas todas las cosas en Cristo.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.