Espiritualidad. Lunes 23 de agosto de 2021.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Fe, justicia y misericordia
Una fe que no se expresa como misericordia y servicio a los necesitados es una fe falsa. La oración sincera, como diálogo amoroso con Dios, debe llenarnos de entusiasmo. Entusiasmo significa tener a Dios dentro, estar incendiados por una enorme energía, que impulsa a luchar por la vida y hacer realidad los derechos tan pisoteados de las mayorías y los derechos de la naturaleza, tan maltratada y destruida.
Quien tiene a Dios en los labios, pero está lejos de la sensibilidad humana y de la justicia, está lejos de Dios y su dios es más un ídolo que el Dios amante de la vida, de entrañas misericordiosas con todos los que sufren.
Quien vive en los valores de la justicia, de la solidaridad, de la compasión y del cuidado de unos a otros, incluyendo a la naturaleza, está más próximo al Dios de Jesús que el piadoso que hace sus rezos y se la pasa invocando a Dios, pero pasa de largo ante el sufrimiento de los heridos y de las víctimas que encuentra en su camino.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.