Una Palabra Oportuna No. 1352

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Espiritualidad. Jueves 14 de octubre de 2021.

Por Editorial Revista SIC. Narra Alexander Medina.

Cuando tuve hambre…

“Cuando tuve hambre”, este pasaje del Evangelio de Mateo es el mensaje más concreto con el cual Jesús nos increpa. Podemos decidir actuar o dejar de actuar, ocuparnos de los demás o dejarles a su suerte. Podemos ver y reconocer a Cristo en cada persona que se cruce en nuestras vidas o desconocerle e ignorarle. Podemos solo preocuparnos y conmovernos sin hacer nada más o podemos actuar sin aspavientos. Cada quien decide.

Lo cierto es que la decisión tomada nos traerá consecuencias definitivas en lo personal, en lo trascendente y en lo social. Ocuparnos los unos de los otros nos garantiza la salvación en términos de eternidad y nos ofrece la única fórmula salvadora en términos temporales: que a todos nos vaya bien. ¡Cuánto nos cuesta entender esto!

La conexión de la Iglesia es total con la situación del país. Se evidencia en la percepción positiva que de ella tiene la población como la principal institución de Venezuela. Pero ¡atención! Iglesia somos todos. Por ello, el llamado que se nos hace a salir al encuentro del otro, de los otros, no es únicamente asunto de curas, monjas y laicos comprometidos. Nos compete a todos. A ti, a mí, a nosotros todos.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.