Oración de la mañana. Domingo 30 de enero de 2022.
Por Mireya Escalante.
¡No llamó a los perfectos! Lucas 4, 21-30
La palabra de hoy recoge la indignación del pueblo que vio crecer a Jesús, porque no hizo los milagros, que ellos sabían había hecho en otras partes.
Nos pasa igual, nos olvidamos que Dios es mucho más grande que nosotros y a veces no le pedimos, le ordenamos, como la gente de ese pueblo: ¡hazlo aquí!
Además hay un tema personal…. Jesús nos ha dicho en varias ocasiones, que vino a estar con los enfermos porque ellos son los que necesitan médico.
Lo que quiere de nosotros, es que tengamos la actitud del enfermo curado o pecador perdonado, sentir ese amor gratuito que nos convoca y nos dispone a seguirlo, a donde sea y como sea.
Todos tenemos alguna dolencia, algo que nos mancha y que no nos hace perfectos. Por eso si pensamos que primero es: ¡Médico, cúrate a ti mismo!, antes de proclamar el Reinado, nunca lo haríamos. Es una orden eficaz más bien para no seguirlo, se descalifica el mensaje por culpa de la debilidad del mensajero.
La lección de Jesús nuevamente sorprende, se abrió paso y se alejó. Él si entiende de débiles.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
