Oración de la mañana. Domingo 20 de febrero de 2022.
Por Mireya Escalante.
Empezando de a poco (Lucas 6, 27-38)
La Palabra nos pide: amen a sus enemigos…, tal vez les pase lo que a mí, me lo salto, simplemente pensando ¿yo? No tengo enemigos, yo trato de hacer el bien.
Pero si pienso en las personas que me caen mal, por razones políticas, o porque son diferentes, o cualquiera otra razón… Me doy cuenta que sí es conmigo y que sin duda es algo extraordinario. ¿Tengo que amarlos? ¿Igual que a mis amigos y familiares?
¡Cómo me atrevo también a pensar por ti! Entiendo que ser sus discípulos, implica no ser del montón, con la certeza, que por muy difícil que parezca, Él, está ahí para ayudarnos.
Primero hay que experimentar que somos pecadores amados, para sentir la misericordia de ese Padre amoroso, solo así, sabiéndonos débiles, le podemos pedir que nos ayude a tratar a los demás, como nos gustaría que nos trataran a nosotros mismos.
Ese es un test fácil para revisar cada día, ¿Cómo vamos avanzando en el amor y la misericordia? De otra manera si no damos este primer paso, estaremos profundizando cada vez las diferencias, levantando barreras, odiándonos… como tristemente revelan las noticias de cada día.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.