Una Palabra Oportuna No. 1637

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Oración de la mañana. Domingo 06 de marzo de 2022.

Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza en el primer domingo de Cuaresma

Señor Jesús,  esta mañana muy temprano sin importar que es domingo, vamos contigo al desierto, allí  donde lleno del Espíritu Santo, con su fuerza, vas a luchar y vencer las tentaciones.  Café de desierto y tentación, nos disponemos para orar. Ha comenzado la cuaresma,  te acompañábamos en tu retiro al desierto y el encuentro con tus tentaciones. Estamos ante una escena, llenos de símbolos que nos ayudan a comprender tu mensaje, nos sirve de inspiración y ejemplo a los que queremos seguirte.

El desierto o los cuarenta días son signos muy presentes en la Biblia; un lugar y un tiempo donde te presentas y actúas, por ejemplo, Moisés guió al pueblo durante cuarenta años por el desierto. Las tentaciones son la síntesis de lo que va a intentar impedir tu misión y las complicaciones que podemos encontrarnos para ser tus discípulos. Tienes la tentación de hacer uso de tu poder para tu beneficio. También eres tentado a mostrar y aparentar tu poder, mostrarte como un mesías triunfal. Por último, la tentación del triunfo y las riquezas.

Es importante preguntarnos: ¿nos gustaría ser personas de éxito? ¿Escogemos disfrutar del poder frente a servir a los demás? Las tentaciones nos muestran un camino rápido, que no nos llevan al Reino de Dios, lograste evitarlo. Aprovechemos esta cuaresma para reflexionar sobre qué camino queremos llevar y si elegimos el tuyo, cómo sortear estas tentaciones que aparecerán. El Tentador es fuerte, ejerce un gran poder de seducción. Sólo lo puede vencer otro más fuerte que él. Tú eres más fuerte. Las tentaciones son un atentado contra la auténtica libertad del hombre. No somos libres del consumismo, ni del afán de triunfar, ni menos de la obsesión por el poder.

Sólo  venciendo estas tentaciones, nos abres el camino de la libertad, de la verdadera felicidad, aunque nos resistamos a aceptarla. “Queremos ir por el mundo con las manos vacías, predicando una libertad que los hombres…no pueden soportar; una libertad que atemoriza, pues no hay ni ha habido jamás nada más intolerable para el hombre y la sociedad que el ser libres”.

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.