Actitudes. Viernes 25 de marzo de 2022.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Nuestra prioridad: Educación de calidad
Si realmente estamos convencidos de que la educación de calidad para todos y todas es exigencia para la dignidad y libertad de las personas, clave de la democracia política, del crecimiento económico y de la equidad social, debería ocupar el primer lugar entre las preocupaciones públicas y entre los esfuerzos nacionales, todos deberíamos preocuparnos por el lamentable estado en que se encuentra la educación y ocuparnos activamente en mejorarla.
De ahí la necesidad de apoyar con entusiasmo y dedicación la propuesta de Fe y Alegría, de asumir la educación como un gran proyecto nacional, objeto de consensos políticos y sociales, amplios y duraderos. Pensar la mejora de la educación sin los docentes es una ilusión. Todos los estudios indican que en ellos reside la clave de la calidad educativa.
De ahí la necesidad de garantizarles una remuneración y trato dignos, para que ejerzan su misión con entusiasmo y sin angustias. Si queremos que la educación contribuya a acabar con la pobreza, debemos acabar primero con la pobreza de la educación y con la pobreza de los educadores.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.