Oración de la mañana. Sábado 26 de marzo de 2022.
Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza en camino de conversión
Señor Jesús, “¡ten compasión de mí, que soy pecador!”. Enséñanos a orar con espíritu humilde y sencillo. Esta mañana, me acerco, necesito rezar. Llevo en mi interior un fariseo y un publicano. Tú conoces mi debilidad, muchas veces, caigo y te ofendo; otras, me esfuerzo por hacer tu Voluntad. Cuántas veces en este interés por agradarte me busco a mí mismo. Aquí estoy, así como soy, lleva las riendas de mi vida. Toma lo bueno que me has dado, hazte cargo de mi debilidad y utilízala también, «porque cuando soy débil…soy fuerte».
Sólo quiero ser tu instrumento, te entrego vida, guíala por el camino que lleva a Ti; que mi actuar vaya dirigido a cumplir tu Voluntad con alegría y sencillez. Es fácil decir que eres el Señor, difícil reconocerme pecador. Es la diferencia entre la humildad del publicano y la soberbia del fariseo. Esta capacidad de decir que somos pecadores nos abre al asombro de encontrarte: Tú eres el hijo de Dios y yo soy un pecador. Tiempo de Cuaresma que invita a la conversión. Sin duda, todos tenemos necesidad de transformación interior, de volver nuestro rostro a Dios.
Durante la vida, muchas veces, nos comportamos como el publicano o como el fariseo. Tenemos necesidad de poner los ojos en ti y reconocer lo que somos; sabes de qué barro estamos hechos. Cuaresma, una nueva llamada que nos haces a fijarnos en ti, a dejar todo lo que nos aleja de tu presencia. Con un corazón humilde acudimos y renovamos nuestro amor, pedimos perdón, nos ofrecemos a ser Cirineos en el camino al Calvario, para aliviar la carga de tantos.
La humildad, sencillez, docilidad al Espíritu Santo esenciales para abrir el corazón y servir. Nos reconocemos débiles y necesitados, eres la fuente de toda gracia. Te suplicamos: quédate con nosotros, acompaña nuestro día, queremos amarte en los hermanos. Con el publicano, te pedimos: ¡Ten compasión de nosotros! Y escucha nuestra oración.
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.