Una Palabra Oportuna No. 1739

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Oración de la mañana. Martes 26 de abril de 2022.

Por Herlinda Gamboa. Narra Julitze Mayurel.

Cafecito de la esperanza en Tiempo de Pascua

Señor Jesús, en el Evangelio nos regalas dos imágenes bellas que nos comprometen y dan sentido a la vida: somos llamados a ser sal y luz, es la esencia de nuestra vida cristiana. Te pedimos nos hagas cristianos “luminosos”,  “salerosos”. Aunque la sal y la luz no tienen nada en común, hay un aspecto en el que coinciden.  La sal sola no sirve de nada para la salud, solo es útil cuando acompaña a los alimentos. La luz no se puede ver, es absolutamente oscura hasta que tropieza con un objeto. Cada uno separados de los demás, no crecemos, la vida pierde sentido. 

La existencia solo tendrá sentido en la medida que pasemos a formar parte de los demás disolviéndonos en ellos. ¡Bonita tarea la de los cristianos! Existimos para los demás. Lo nuestro es iluminar un mundo envuelto en tinieblas, desorientado, que se ha perdido. La misión es sazonar lo soso, cansado y aburrido. Es descubrir en ti la belleza y el sentido profundo de la vida y devolver a la humanidad el derecho a ser feliz.

Los discípulos eran pescadores, gente sencilla…Los miraste con los ojos de Dios, confirmándolos en el espíritu de las Bienaventuranzas. Si son pobres de espíritu,  mansos, puros de corazón, misericordiosos… ¡Serán la sal de la tierra y la luz del mundo! Para comprender mejor estas imágenes, debemos tener en cuenta que la ley judía exigía poner un poco de sal sobre cada ofrenda presentada a Dios, como signo de alianza. La luz era el símbolo de la revelación mesiánica que triunfa sobre las tinieblas del paganismo.

Todos los bautizados somos discípulos misioneros y estamos llamados a convertirnos en un Evangelio: con una vida santa daremos “sabor” a los diferentes ambientes y los defenderemos de la corrupción, como hace la sal; y llevaremos tu luz a través del testimonio de amor y servicio. Los cristianos perdemos sabor y apagamos nuestra presencia de sal y de luz, perdemos la efectividad. Cada vez que estoy contigo me doy cuenta de que la vida es breve y la debo aprovechar al máximo. No me puedo permitir una vida mediocre, vacía.

Estando contigo y escuchándote descubro lo maravilloso que debe ser vivir como Tú siendo luz y sal. Luz para alumbrar a las naciones y sal para dar sabor y alegría a todo el mundo. Haz que sea una pequeña lamparita encendida y un granito de sal bien sazonada.

Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén PAZ Y BIEN.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.