Una Palabra Oportuna No. 1916

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Espiritualidad. Viernes 22 de julio de 2022.

Por Antonio Pérez Esclarín.

El Dios que nos reveló Jesús no es un ser lejano insensible ante nuestros problemas y sufrimientos. Es un Dios cercano y cariñoso, sembrado en las raíces mismas de la vida y de nuestro ser, pues, en el vivimos y nos movemos y existimos. (Hechos, 17,28).
Como escribe el teólogo Antonio Pagola, en el corazón mismo de la creación entera está el amor, el gozo, la sonrisa acogedora y cariñosa de Dios.

En medio de nuestro vivir diario a veces tan apagado y aburrido y otras veces tan agitado e inquieto, tenemos que aprender a escuchar con más fe el latido profundo de la vida y de nuestro corazón que Dios alimenta y cuida. Quizás descubramos que en lo más hondo de nuestras tristezas puede haber un gozo sereno.

En lo más hondo de nuestros miedos, una paz desconocida. En lo más oculto de nuestra soledad, la presencia amorosa de alguien que nos acompaña con una amplia sonrisa silenciosa y siempre quiere nuestro bien y nuestra felicidad.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.