Oración de la noche. Jueves 22 de septiembre de 2022.
Por Hna. Elena Azofra
Interioridad
Al comenzar, respiremos hondo con actitud de alegría y revisemos los sentimientos para ordenarlos hacia un encuentro con Dios.
El apóstol Pablo le escribe a Timoteo, un joven obispo: «Practica la justicia, la religión, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el buen combate de la fe.».
La Palabra nos ilumina animándonos a vivir la fe como se vive un deporte: practicándolo. No necesariamente para ir a las olimpiadas, sino para mantenerse en forma y con salud espiritual. Sí, porque ser discípulo no se logra en un solo día o en un momento místico, sino practicando a diario las virtudes: justicia, religión, fe, amor, paciencia, delicadeza.
Podemos añadir otros ejercicios de «cardio espiritual tonificante» necesarios para que el día a día sea más fecundo y santificador: el buen humor, la autenticidad, la paz, la valentía, la confianza, la tolerancia, la misericordia…
Hagamos un momento de silencio profundo para interiorizar esta verdad.
Después podemos pronunciar con fervor: ¡Señor, me pongo en disposición de combate por la fe!, concédeme arraigo en ti. Te ofrezco las victorias de mi lucha por no pecar, por tratar bien a todos, por ser solidario y por vivir de cerca con la comunidad católica que me has dado. A ti, Señor, la gloria, el honor y la adoración.