Actitudes. Viernes 30 de septiembre de 2022.
Por Antonio Pérez Esclarín
La pedagogía del amor y la ternura
En este nuevo año escolar debemos asumir la pedagogía del amor y la ternura, medios esenciales para alimentar la autoestima, sanar las heridas y superar los complejos de inferioridad o incapacidad. Es una pedagogía que evita herir, comparar, discriminar por motivos religiosos, raciales, físicos, económicos, sociales o culturales.
La pedagogía de la ternura se opone a la pedagogía del maltrato y en vez de aceptar el dicho de que “la letra con sangre entra”, propone más bien el de “la letra con cariño entra”, en vez de “quien bien te quiere te hará llorar”, “quien bien te quiere te hará feliz”. La pedagogía del amor o pedagogía de la ternura es reconocimiento de diferencias, capacidad para comprender y tolerar, para dialogar y llegar a acuerdos, para soñar y reír, para enfrentar la adversidad de aprender de las derrotas y de los fracasos, tanto como de los aciertos y los éxitos.
La ternura es encariñamiento con lo que hacemos y lo que somos. Es deseo de ser cada vez mejores. Por esto, ternura también es exigencia, compromiso, responsabilidad, cumplimiento, trabajo sistemático, dedicación y esfuerzo, crítica permanente y fraterna.
En consecuencia, no promueve el desorden o la indisciplina, sino la construcción de normas de manera colectiva que partan de las convicciones y sentimientos y que suponen la motivación necesaria para que se cumplan.
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