Espiritualidad. Lunes 24 de octubre de 2022.
Por Antonio Pérez Esclarín
El mandamiento nuevo
Al despedirse de sus amigos más íntimos y en esos momentos decisivos, en que sabe que se va a enfrentar a la muerte, Jesús les propone un mandamiento nuevo: “que se amen los unos a los otros, como Él les ha amado”. Es decir, con un amor práctico, servicial, sanador y liberador. Amor que se hace solidario con el que sufre, con el desvalido para ofrecerle vida.
Amor humilde que se agacha para tender la mano, que sale en búsqueda del herido y del perdido. Amor tierno y generoso. No es lástima ofrecida desde arriba, desde la distancia, que humilla al que la recibe, sino con pasión que comparte el dolor del otro y se esfuerza al remediarlo. Cuando Jesús habla de amor no habla de un sentimiento, habla de obras que son el fruto del amor, por eso, Jesús sirve, sana, ayuda.
El amor de Jesús fueron sus obras. Y les añade a los discípulos que le escuchan emocionados que en eso, en el amor mutuo y práctico que deben tenerse, podrán reconocer todos a sus verdaderos seguidores. Jesús amó apasionadamente la vida. Por ello curó, salvó y en defensa de la vida fue capaz de entregar la suya. Y así debemos esforzarnos por amar nosotros.
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