Oración de la mañana. Viernes 25 de noviembre de 2022.
Por Mireya Escalante.
¡Es seguro! (Lucas 21, 29-33)
En la palabra de hoy, Jesús al fin nos da pistas sobre su Reino, sabremos que está cerca cuando veamos los frutos.
¡Esos, que no alcanzamos a ver! Porque al brotar lo desaparecen las malas hierbas.
A veces nos preguntamos, ¿pero es que esas hierbas no dejarán de crecer?
Lo que pasa es que la mayor parte de las veces cuando así nos interrogamos, lo hacemos desde afuera, como si no fuera nuestra responsabilidad el producir los frutos. Eso es de ellos, pobrecitos, los que trabajan duro y no se dan cuenta que su trabajo es inútil por culpa de esas espinas que parecen comerse todo.
Jesús quiere que nos involucremos, que apostemos por su Reino que significa vivir según sus criterios, actuar hoy, como Él lo hacía.
Para dar ese paso y convertir nuestra razón de vivir en trabajar por su Reinado, hace falta que nos dejemos conquistar por Jesús. Empecemos como en toda relación, conociéndonos, al hacerlo de verdad, poco a poco va surgiendo el amor y cuando realmente estemos enamorados, esa hierba mala se disuelve.
No acabamos de creerlo ¡Pero nos lo está asegurando!
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