Una Palabra Oportuna No.2568

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Un espacio para caminar con Jesús

Tips para discernir la realidad
Lunes 12 de junio de 2023

Por: Antonio Pérez Esclarín

Dejemos que el Dios de Jesús nos ame

Jesús comenzó su magisterio con un decidido llamado a la conversión. El tiempo se ha cumplido el reino de Dios está cerca, conviértanse y crean en la buena noticia.

Convertirse es cambiar de camino, cambiar de mentalidad, cambiar de criterios y de valores, en definitiva, cambiar de vida. Pero para Jesús, no podrá haber cambio profundo, si no cambiamos de Dios.

Dios, no es un ser todopoderoso, justiciero, lejano, despreocupado de la vida de las personas. El Dios de Jesús es Abbá, en arameo papi o mami, un Dios de entrañas fraternales, tan cercano a nosotros como una madre lo es de su hijito pequeño. Dios es amor, nos quiere como somos nos quiere siempre, sobre todo cuando menos los merecemos.

Nos quiere no porque seamos buenos o nos portemos bien, sino porque él es bueno. Su amor sin condiciones es el fundamento de nuestra autoestima y de nuestra reconciliación con nosotros mismos, fundamento para reconciliarnos con los demás.

El Dios todopoderoso conduce a la soberbia, el Dios justiciero a la exclusión y la discriminación. En nombre de esos dioses se han cometido discriminaciones, explotaciones y crímenes y se han justificado asesinatos y guerras.
Es hora de que empecemos a creer y aceptar en serio al Dios Amor de Jesús, que sólo puede llevarnos a la reconciliación, el perdón y la hermandad.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos