Oración de la mañana. Sábado 6 de junio de 2020.
Por Herlinda Gamboa y voz de Yulitze Mayurel.
Señor Jesús, disfrutamos nuestro café en este amanecer de sábado con un fuerte sabor a generosidad, a pobreza compartida, con una mezcla de alegría y confianza que le da el toque especial, el aroma del Evangelio vivido con fidelidad. Lo ha preparado una mujer de fe profunda, la conocemos como «la viuda pobre que hace su ofrenda en el templo». No tiene nombre, su única identidad es la grandeza de su ofrenda. Su gesto ha quedado de manera permanente en tu mirada, en el reconocimiento que le haces: «esa mujer lo ha dado todo», la evidencia de su fe humilde y confiada. Ante este testimonio todas las apariencias caen.
Aquí estamos aprendiendo la lección de la entrega total. Darlo todo… Compartir en solidaridad fraterna hasta quedarnos con las manos vacías y el corazón lleno de nombres, de historias… de aquellos a quienes hemos acudido para ayudar en su necesidad.
Aquí estamos rezando y aprendiendo. Nos dejamos mirar por tu amor y te pedimos audacia, generosidad y confianza para que una vez más multipliques nuestra pobreza compartida. El pan alcance para todos y disfrutemos de salud, justicia y dignidad.
María nos siga animando en la entrega de cada día. Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
