Espiritualidad. Domingo 14 de junio de 2020.
Por Herlinda Gamboa y Julitze Mayurel.
Orar a pie descalzo
Solemnidad del Corpus Christi
Buscando y dejándonos encontrar por el Buen Pastor. Nos abandonamos en sus manos de Padre misericordioso. «En verdes praderas me hace recostar… Nos conduce a fuentes tranquilas». Necesitamos encontrarnos contigo, entregarte todo nuestro dolor, el dolor de la humanidad. Tu amor nos sanará. Nos salvará. Con Él nada nos falta. Junto a María y Martha nos sentamos a tus pies para escucharte. «Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas». Te entrego mis cansancios, mis prisas, mis incertidumbres. Ante ti escuchando tu voz.
En este día te ofreces, te entregas en un trozo de pan y un poco de vino. Te haces alimento, manjar para el hambriento y bebida para el sediento. En la Eucaristía contemplamos tu cuerpo maltratado, por todos los atropellos en contra de la humanidad. Comulgar aceptando recibirte es comprometernos con esta realidad que clama justicia y dignidad. En esta hora de nuestra historia sacudida y amenazada por el virus de la indiferencia y el pecado, por el miedo al futuro…en un espacio que no podemos medir, en un tiempo que se nos escurre una y otra vez; en esta noche oscura. Te quedas en la Eucaristía, fiesta de hermanos, Milagro de Amor. Un pan bendecido por ti, transformado en tu Cuerpo y Sangre. Pan que fortalece y consuela. Tu cuerpo hecho Pan, recibimos. Y en él recibimos el cuerpo de todos los hermanos torturados, hambrientos, perseguidos, migrantes, enfermos, excluidos. Te pedimos cantando nos enseñes a ser pan. «Dime cómo ser pan, que clama libertad»…
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.