Oración de la noche. Lunes 29 de junio de 2020.
Por Javier. A. Fuenmayor, SJ.
Me dispongo interiormente para culminar este día en la presencia del Señor. Sereno mi espíritu. Acallo mi mente. Respiro con suavidad. Permito que la serenidad de Dios me inunde: “Señor, tú eres mi paz”.
Te agradezco con todo el corazón tantas bendiciones que recibo de ti cada día.
Observo mi día recordando lo vivido e intento detenerme en aquella experiencia más significativa. En ella trato de redescubrir lo que el Señor me ha querido decir. Dejo resonar la moción principal que el Señor me quiere regalar: esperanza, fe, fortaleza, sabiduría, paciencia, gozo, alegría… Fijo esa moción y la guardo en el corazón.
Te pido perdón, Señor, por todas mis faltas. Quiero convertirme cada día más a ti.
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Amén.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.