Una Palabra Oportuna No. 473

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Espiritualidad. Jueves 16 de julio de 2020.

Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Maryurel

Santa María del monte Carmelo. Escuela de interioridad y comunión

María,  Madre espiritual, siempre en medio de la Iglesia.

Cuando uno quiere dar un salto hacia adelante, tiene que retroceder algunos pasos hacia atrás. El hoy se alimenta del ayer para construir el mañana.

La familia del Carmelo, desde sus orígenes, hizo alianza con María. Cuando los primeros carmelitas se establecieron en las cuevas del monte Carmelo, buscando el silencio y la soledad para contemplar al Señor, y construyeron una pequeña capillita dedicada a la Virgen, estaban poniendo los cimientos de una relación fecunda entre todos y la Madre del Carmelo.

Santa Teresa de Jesús con su cariño tierno y misionero hacia la Madre, san Juan de la Cruz y su mirada permanente al misterio de María para aprender a dejarse guiar por el Espíritu, y tantos hermanos y hermanas, han hecho alianza con la Madre.

«El Escapulario se convierte en signo de alianza y de comunión recíproca entre María y los fieles»

En su sencillez, nos habla de las cosas de cada día, una rica expresividad lo convierte en patrimonio de los pobres de la tierra, nos habla de alianza con todos los pueblos y nos invita a darnos todos la mano para compartir en solidaridad nuestra pobreza.

El Escapulario es una parábola de comunión, porque es regalo de una Mujer que besa cada día nuestra herida y nos acerca de modo entrañable, en su ser de mujer, la ternura de Dios Trinidad.

Nos acercamos al corazón de María para mirar qué era lo que guardaba en su interior y alabar al Dios de la Vida que hace maravillas en los pequeños.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.