Una Palabra Oportuna No. 561

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Espiritualidad. Lunes 17 de agosto de 2020.

Por Pedietri Ramírez.

Alegría  como don

En los evangelios hay muchos encuentros con Cristo, fuente de alegría: Juan Bautista  en el seno de Isabel al encontrarse con María, el anuncio a los pastores. La alegría de paralíticos, ciegos y leprosos que fueron curados por Jesús. La conversión de Zaqueo al verse reconocido por El Señor.

Jesús se hace presente en los  momentos felices, de dificultad y desesperanza que hemos experimentado; como el ladrón junto a Jesús en la cruz, quien descubre la alegría de la vida eterna, la de los discípulos de Emaús y los Apóstoles, al saber que su Dios es un Dios de vivos que transciende la muerte.

La alegría es uno de los frutos de la acción del Espíritu Santo cuando nos reconocemos hijos de Dios y hermanos. Cuántas veces hemos experimentado ese tipo de alegría en nuestras vidas al sentirnos perdonados y amados. Estemos atentos, Papá Dios se vale de personas, acontecimientos y situaciones para hacernos sentir su amor.  Que esta certeza inunde nuestro corazón de alegría y sirva como combustible para mostrar a otros lo que hemos descubierto, contagiemos de alegría los espacios donde hacemos vida cada día.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.