Oración de la mañana. Jueves 27 de agosto de 2020.
Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Maryurel.
Cafecito de la esperanza
Señor Jesús, nos despierta la luz del nuevo día. Esa misma luz que debe permanecer encendida, vigilante esperando siempre tu llegada. El amor es aquello que más necesita el ser humano y es lo que da sentido a nuestra vida. Esa experiencia de amor la compartimos en nuestro café de este día con una mujer, Mónica, una madre ejemplo de oración y constancia. Una mujer orante que sufre por su hijo. Vuelca toda la fuerza de su amor en la oración insistente y confiada por su hijo Agustín. Un amor orante que lo salvó y aportó a su camino de santidad.
Todos necesitamos recibir gestos de cariño, una sonrisa, una palabra de aliento…de apoyo. Sin amor, nadie es capaz de vivir feliz. Sin amor, todo se vuelve oscuro, difícil y problemático. San Agustín vivió esta experiencia de amar y ser amado en medio de su proceso de conversión y búsqueda sincera de Dios.
En nuestro café rezamos y agradecemos por todas las madres que cada día sin cansarse, de rodillas juntan sus manos para elevar una plegaria por sus hijos. Sus lámparas se mantienen encendidas y el corazón atento y vigilante esperando y confiando en el regreso de sus hijos al camino del bien. Necesitamos muchas Mónicas incansables que nos ayuden a buscar en el lugar adecuado y vivir orantes y coherentes, según tu voluntad.
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
