Espiritualidad. Domingo 30 de agosto de 2020.
Por Luz Bettina Fuenmayor. Voz Alexander Medina.
Me has seducido Señor
Tú me has seducido Señor y me dejé seducir, proclama Jeremías.
¿Qué me ofrece Jesús que me seduce y enamora?
Me trata como un amigo: ya no te llamo siervo sino amigo.
Me libera de las esclavitudes que me quitan libertad, alegría y paz.
¡Quiere que mi vida valga la pena!: He venido para que tengan vida en abundancia.
Me invita a poner todo lo que soy – mi saber, mi voluntad y cualidades al servicio de quienes más lo necesitan: “Porque todo lo que hagas a uno de estos mis pequeños, a Mí me lo hiciste”
Me acompaña en todo momento: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”.
Inspira mi confianza y esperanza: “Ánimo, Yo he vencido al mundo”.
Conoce mis debilidades, me perdona e invita a rehabilitarme: “Yo tampoco te condeno, vete y no peques más”.
Siendo lo que soy, dio su vida por mí: “Este es mi cuerpo que será entregado por todos ustedes”.
Me invita a centrarme en lo esencial: ¿De qué me sirve ganar el mundo si pierdo mi alma?
Y por eso y mucho más; ¡tú me has seducido Señor!
¿Y tú, te has dejado seducir por el Señor? ¿Cómo lo has notado?
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.